En la actualidad, la edificación es utilizada como museo y un espacio para la venta de artesanías elaboradas por sololatecos.
El reloj de la torre era el único en el pueblo.
Estela Meletz Tzorin, recepcionista de la torre, expresó: “En el interior hay exposiciones de fotografías de antaño del lugar, de pinturas y trajes típicos de los distintos municipios de Sololá.
Pedro Saloj, encargado de la torre, dijo que en el edificio también funciona un museo y que en cada esquina de la torre están colocados los símbolos y nombres de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
“En principio la torre fue utilizada como cárcel, pero luego se le dio otro uso. Desde la Torre se puede ver el Lago de Atitlán y los turistas se pueden fotografiar o llevar un recuerdo de este hermoso lugar”, expresó.
Añadió que la entrada al edificio es de Q5 para turistas y Q1 para estudiantes.
Sixto Cabrera Aguilar, encargado de mantenimiento del reloj, dijo que es un aparato de origen suizo que funciona a base de una cuerda de acero con tres contrapesos que hacen que la máquina tenga funcionamiento por 48 horas, y que acciona tres campanas con diferentes sonidos.
Rafael Santizo, vecino de Sololá, expresó: “Es uno de los monumentos históricos más importantes de Sololá, el cual es muy visitado por turistas nacionales e internacionales”.