Afuera de la sede del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), devastadas, las familias se congregaron para esperar que los cuerpos de sus seres queridos les fueran entregados.
En una cruel paradoja, en medio de su sufrimiento y dolor, los familiares debieron esperar información a la par del jolgorio que supuso la instalación de ventas, restaurantes improvisados y música estridente que fueron autorizados para colocarse en las cercanías de esta institución con motivo de la feria.
Dentro de las historias que conmueven está la de Ana Santizo Morales que era originaria de San José Ojetenám, San Marcos. Una de sus parientes que se identificó como Londy Tizol, contó que ella tenía la costumbre de acudir a este tipo de actividades donde reciclaba latas vacías para hacerse de ingresos extras.
EN ESTE MOMENTO
“Dejó a sus hijos”, expresó con desconsuelo, sin precisas cuántos tenía. “Ella siempre hacía esto de recoger latas, pero no sabía que esto le iba a pasar ahora”, se lamentó.
“Niñas dulces”
Afuera de la morgue también esperaba Mayra Gutiérrez, familiar de Ashley Estefany Sánchez, de 12 años y la madre de esta, Vilma Ana Dalila Sánchez, 40, que viajaron desde Malacatán, San Marcos.
Dijo que a su sobrina la recordará “con mucho amor, como una niña muy dulce y muy trabajadora”. Expuso que también conocía a Génesis Tamara Gutiérrez, 17, otra de las víctimas y que era originaria del mismo municipio. “Todas eran trabajadores y emprendedoras, les gustaba estudiar y trabajar”, indicó.
Agregó que el viaje a Quetzaltenango era muy esperado por niños y jóvenes, después dos años en los que, por la pandemia, no hubo este tipo de actividades, y algunos de ellos, incluso, en ese tiempo se dedicaron a trabajar; sin embargo, “no contábamos con esta tragedia”.
Hipótesis
Las autoridades aún hacen investigaciones.
Preliminarmente, un portavoz del Ministerio Público (MP) indicó que “al finalizar el concierto algunas personas en estado de ebriedad tropezaron (al salir) provocando que a su vez otras personas perdieran el equilibrio y cayeran, siendo lamentablemente alcanzadas por la multitud”.
La tragedia ocurrió en una explanada al aire libre en el marco del “Xelafer”, un evento tradicional por las fiestas patrias que se realiza año con año en Quetzaltenango, la segunda ciudad más importante del país, a 200 kilómetros de la capital guatemalteca.
Este año, el país retomó las festividades masivas para celebrar su Independencia, tras la suspensión de estos eventos multitudinarios por la pandemia de covid-19.
“Se tomaron declaraciones testimoniales a personas que se encontraban en el lugar y se realizaron diligencias con la municipalidad [de Quetzaltenango] con la finalidad de determinar las condiciones en las que se autorizó dicha actividad”, agregó el portavoz.