El objetivo de la actividad es elaborar una agenda que permita crear una línea de acción enfocada en contrarrestar los efectos de ese fenómeno, que avanza a pasos agigantados, según expertos.
Álex Guerra, director del Instituto de Cambio Climático, señaló que es importante fortalecer el aspecto investigativo y la formación de nuevos profesionales, a través de la creación de carreras, cursos y seminarios; además, le apuntan a la educación informal, como talles y charlas.
De acuerdo con Guerra, en el foro se insta a que las universidades a tengan un papel más activo en la lucha contra el cambio climático.
Por Guatemala participaron representes de la Usac, universidades del Valle, Mariano Gálvez y Rural.
“La academia debe ser un actor más activo en todo este trabajo”, comentó.
Carlos Camey, secretario de la Usac, dijo, en representación del rector, que esa universidad está consciente de la importancia de ese tema, por lo que muchos de sus estudiantes y académicos ya trabajan al respecto.
“El cambio climático es una realidad que afecta a los más desposeídos”, dijo Camey, quien lamentó que muchas personas sean víctimas de las modificaciones climáticas.
Un país de riesgo
Por su ubicación, Guatemala ha sido afectado por tormentas tropicales, huracanes y sequias, y según Guerra, por pequeños que sean los eventos, siempre hay impacto negativo que retrasa el desarrollo de las comunidades.
“Las acciones deben tomarse en el presente, porque los impactos ya los estamos viviendo. Aquí siempre ha sido un lugar peligroso, pero con el cambio climático las cosas han empeorado”, comentó.
Sydeney Samuels, ministro de Ambiente, explicó que Guatemala es uno de los 10 países más vulnerables del mundo, por lo que con frecuencia es afectado por fenómenos naturales.
Añadió que el impacto de estos aumenta los niveles de pobreza y reduce la calidad de vida de quien son afectados.
Samuels añadió que debido al cambio climático la cantidad de departamentos que forman el Corredor Seco aumentó de ocho a 11, lo que causa preocupación por los impactos que eso tiene sobre las personas.
Refirió que para contrarrestar los efectos de la sequía crearon un fondo de Q10 millones, con los que se promueven proyectos de adaptación.
Explicó que empezaron en áreas de Chiquimula, donde a cada familia se le entregan 10 gallinas y dos gallos de cuello desnudo, una especie resistente a temperaturas altas y de fácil reproducción.
También se promueve la siembra de árboles frutales y el aprovechamiento del agua subterránea para el riego de hortalizas.