El recorrido comienza con la subida de unas 15 gradas, luego continúa entre el bullicio de la ciudad, donde Ramos explicó que el látigo con el que golpean el asfalto, es para anunciar a los clientes y vecinos el paso de las cabras y no para ordenar el rebaño.
Al escuchar el ruido que genera el látigo, algunos clientes se asomaban a la puerta para pedir un vaso de leche, cuyo precio es de Q5 y, según los compradores, esta leche les beneficia para su salud.
Las cabras conocen su ruta y se movilizan por avenidas principales y callejones de algunas colonias; además, conocen la voz de su guía, quien las cuida para prevenir que alguna salga lastimada en el tránsito.
Requiere amabilidad
“Este negocio también requiere de amabilidad para atender a la clientela”, indica el vendedor que tiene unos 13 años de dedicarse a esta labor y por momentos suspende el recorrido en puntos estratégicos para expresar en medio de la multitud “va a querer leche”.
Mientras ofrece su producto, Walter Ramos indica que los animales no son de su propiedad y que le pagan un porcentaje de las ventas. Añade que las carbas son alimentadas con maíz, concentrado y pasto; además, producen leche durante un año y medio, luego de haber tenido cría.
“A mí esta leche me sirve como vitamina. Me cae bien”, dijo Atalino García, mientras Ramos le despachaba. Otros compradores afirmaron que la toman para fortalecer los bronquios, pulmones y huesos.
El recorrido del rebaño es de lunes a domingo y culmina en el parque central o algún otro punto del Centro Histórico, luego retorna al corral en la zona 5, de donde salen otros vendedores para cubrir otras rutas para que vecinos y peatones en distintos puntos de la ciudad degusten la leche.
Propiedades
La nutrcionista Karin Vásquez explicó que la leche de cabra contiene gran cantidad de proteínas que sirven como reparador de tejidos. Añadió que se haya la cafeína que puede causar alergia, pero generalmente este tipo de leche la tiene en bajas concentraciones, lo que ayuda a la digestión.
También contiene probióticos que ayudan al funcionamiento del intestino, y tiene baja concentraciones de lactosa. La profesional advierte que la leche de cabra no es aconsejable para niños menores de 6 meses.