“Aunque es algo normal, el calor en Zacapa llega por momentos a situaciones críticas. Recordemos que hace unos meses tuvo un nuevo récord, ya que la temperatura llegó a los 43 grados”, comentó Lobsang Cordón, delegado de Conred.
“Los calores que se viven en el departamento últimamente han sido demasiado fuertes. Debemos tomar demasiada agua para no enfermarnos de deshidratación. Debemos protegernos cada vez que salimos a la calle, ya que los rayos del sol nos pueden afectar en la piel”, indicó Carlos Morales López, vecino.
“A veces ya no nos sirven ni los ventiladores porque en vez de tirarnos aire frío lanzan aire caliente, los aires acondicionados cuesta que enfríen. Es un infierno lo que tenemos en Zacapa, todo esto puede afectar también a la gente que viene de afuera, ya que todos le huyen al calor”, comentó Carolina Pérez, residente del lugar.
“Muchas veces hasta la comida se arruina, es demás que uno la caliente. La última vez se me arruinaron los frijoles, y eso que los había hervido”, comentó Brenda Salvatierra.
La hidratación forma parte de la rutina. Los niños menores de 5 años y las personas de la tercera edad son quienes más se deshidratan. Así también se deben proteger del sol, entre las 11 y las 14 horas, porque es tan intenso que se dan casos de insolación, según Jaime Guerra, director del área de Salud.
“La hidratación es muy importante para evitar cualquier problema de salud. En lo que va del año llevamos mil 500 casos de deshidratación; la mayoría por diarrea, ya que esto va de la mano con los altos índices de calor en Zacapa, ya sea viral o bacterial. Cuando algunas personas sufren de desmayos, nosotros le llamamos golpe de calor”, agregó Guerra.
“No es recomendable bañarse bajo el sol en lagos y ríos, o por lo menos no hacerlo sin un fuerte protector solar”, recomendó Juan García, director del Hospital Regional de Zacapa.
Según el Insivumeh, este año ese departamento llegó a los 43 grados Celsius, un dato histórico, ya que solo es superado por el de 1998, cuando se llegó a los 44 grados, mientras que en el 2015 se registraron 38 grados Celsius.
“Para quienes vienen al museo o a visitar a familiares resulta desesperante, pero para nosotros ya es algo de todos los días”, dijo César García, quien lamentó que por la deforestación las lluvias disminuyan y el caudal de los ríos decrezca.