Cuando esto sucede, el resto del equipo continúa la práctica del rescate mientras el guía juega con el perro para recompensarlo.
Es el único perro en la unidad canina, pero actualmente están entrenando a otros tres, relató Fernando Acevedo, guía del equipo a cargo de Monster, quien tiene más de dos años de trabajar en esta función.
Cada uno de los perros en entrenamiento tiene su propio guía. Fueron donados por diferentes entidades y vecinos, y bautizados como Canela, Murdock y Bruno.
Acevedo puntualizó que aunque Monster nunca ha participado en algún rescate real, no existe duda de que responderá en el momento en que se necesite, pues también ha recibido entrenamiento en cuatro centros de adiestramiento ubicados en Guatemala, Jalapa, Huehuetenango y Zacapa.
Adiestramiento
Acevedo resaltó que el entrenamiento de perros para desenvolverse en la unidad canina cubre cuatro fases: ladrido fuerte (se le enseña al perro a pedir las cosas por medio de ladridos firmes).
Arqueta desnuda (se le enseña a pedir cosas, como su motivador —un juguete u otro objeto—).
Arqueta vestida (se le enseña a rastrear por el olor humano).
Búsqueda en cadena (se le instruye a buscar en en sitios donde hay más de una víctima).
Para el vecino Joel Pérez, es bueno tener una unidad canina. “Uno nunca sabe cuándo se le va a necesitar”, aseguró.