Una de las bandas más populares es la del colegio La Patria, que con 50 años de trayectoria ha sido invitada a diferentes partes del país. También gozan de prestigio la Escuela de Formación Artística de Quetzaltenango y la de San Martín Sacatepéquez. Esta última tiene la particularidad de que sus participantes solo visten trajes típicos.
Gabriel Estrada, director musical de la banda de La Patria, recuerda que interpretaban música marcial, pero en 1997 incursionaron en la moderna y latina, con ritmos de salsa y cumbia. En el 2002 se convirtió en banda musical, en la que los estudiantes interpretan melodías al tiempo que bailan.
Estrada explica que con este tipo de agrupaciones desaparecieron las batonistas que acompañaban las bandas de marcha y se integraron las porristas, que animan el desfile con rutinas de baile, porras, juegos con banderas y otros movimientos.
Indica que en el 2011 las bandas musicales empezaron a transformase en cuerpos de tambores, que no desfilan, pero hacen presentaciones con enfoque temático y más sincronización.
La banda que más méritos ha conquistado en el extranjero es la del Instituto Pedro Molina, de Coatepeque, que ha ganado cuatro veces el campeonato nacional y tres el centroamericano, de la Sociedad Latinoamericana de Bandas. Ha participado en el Desfile de las Rosas, California, y en el de Acción de Gracias, Nueva York. Este 15 de septiembre, actuará en el Centroamericano de la Independencia, en Los Angeles, California.
También ha destacado la banda del colegio Higa, de Chiquimula, y la de la Escuela Dinamarca, en Retalhuleu.
Erwin Concuá, director de la Sociedad Latinoamericana de Bandas, afirma que en el país existen unos mil 200 grupos de marcha, de los cuales 300 aún son de guerra y el resto se divide en latinas, marching bands (bandas musicales) y drum corps (cuerpo de tambores).
Influjo francoalemán
Al hablar sobre el origen de las bandas escolares, Concuá refiere que las élites económica y educativa en Guatemala estuvieron influenciadas por Francia y Alemania, de donde provienen los desfiles de corte militar.
“Uniformes de gala, batonistas y gastadores son herencia francoalemana, que aún se puede observar en algunas bandas tradicionales, pero decayeron con los acuerdos de paz, pues el Gobierno prohibió los desfiles en 1997”, expone Concuá.
El cronista de la ciudad de Guatemala, Miguel Álvarez, explica que los desfiles escolares con corte militar comenzaron durante la dictadura de Jorge Ubico, quien tenía influjo estadounidense. “Fue una época de entreguerras, y Ubico se sentía atraído por el fascismo, pero estaba bajo la influencia de Estados Unidos”, indica.
La historiadora Ruth Tánchez afirma que quienes participaban en los desfiles de la década de 1930 hacían gala de uniformes y disciplina militar, y se hacían concursos en los que el Gobierno premiaba a los ganadores.
En Sololá, el vecino Moisés Cutz dice que las bandas no dejan de afectar a la población, porque recuerdan la militarización de la sociedad durante el conflicto armado interno, pero también entiende que es un espacio para que los estudiantes y jóvenes tengan una opción para aprender a ejecutar instrumentos musicales y alejarse de las drogas.
El escritor Ángel Castillo, de Coatepeque, considera que sería valioso que las bandas tuvieran un repertorio nacional, en especial durante las fiestas patrias.
Concuá comparte esa opinión e indica que todas deberían musicalizar y cantar el himno nacional. Refiere que una de las fechas importantes para esta práctica es el 14 de septiembre, cuando se lleva a cabo el desfile de bandas por las fiestas de Independencia en Quetzaltenango.
Actividad extra aula
En el país hay unas mil 200 bandas escolares.
Las bandas se integraron en el país hace unos 50 años, pero en 1993 se organizó la Sociedad Latinoamericana de Bandas, informa su presidente, Erwin Concuá. También hay otras organizaciones.
En 1997 se prohibieron los desfiles, con lo cual las bandas se hicieron populares.