La también keniana Pauline Kamulu dominó la mayor parte del circuito de 15 kilómetros que atraviesa puntos importantes del centro de la ciudad. Pero fue superada en la recta final del recorrido por su compatriota Tuei, de 20 años, quien cruzó la línea apenas 17 segundos antes que Kamulu.
El tercer lugar también fue peleado. La keniana Esther Kakuri y la etíope Mestawut Truneh iban parejas. La definición llegó en los últimos metros cuando Kakuri aceleró pero no consiguió mantenerse al frente, siendo superada por Truneh que conquistó su espacio en el podio con un tiempo de 52m45s.
Nuevamente, Brasil no tuvo protagonismo en el cuadro vencedor. La local mejor colocada fue Jenifer Nascimento Silva que llegó de octava con un tiempo de 54min05s, mejorando el resultado del año pasado cuando Joziane Cardoso culminó de décima. Lucélia Pérez fue en 2006 la última atleta nacional en ganar la San Silvestre.
Definición ajustada
Menos definida que la femenina, esta edición la categoría masculina mantuvo a siete corredores de Kenia, Etiopía y Uganda peleando lado a lado por el primer lugar.
El cuadro se definió en la última parte del trayecto, cuando el etíope Dawitt Admasu -vencedor de las ediciones 2014 y 2017- y su coterráneo Belahy Bezabh se destacaron del pelotón.
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Bezabh repuntó en el último pedazo del circuito y cruzó la línea final con un tiempo de 45m05s, desmejorando su marca del año pasado de 44m33s que le valió entonces el segundo lugar de la carrera.
El bicampeón Admasu culminó en segundo lugar y el también etíope Amdework Walelegn, con 45m15s, en tercero.
Al igual que en la versión femenina, este año tampoco hubo brasileños en el podio. El primero de los locales en cruzar la meta fue Giovanni dos Santos, quien llegó en octavo lugar. La marca mejoró el balance del año pasado cuando Ederson Vilela llegó en la 11ª posición.
El último atleta nacional en vencer la prueba fue Marilson Gomes en 2010. Desde entonces, tanto en femenino como en masculino, los africanos dominan la prueba que recorre las principales calles de la capital paulista.
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Más fiscalización
La carrera de San Silvestre es una tradición de fin de año de la capital económica de América Latina.
Este año participaron unas 30 mil personas, pero además de los atletas, centenas de personas se congregan en la Avenida
Paulista -marco postal de la ciudad y punto de partida y de llegada del circuito- para aupar a los competidores y prepararse para el cambio de año.
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