Pero se mostró impasible cuando el lunes se le preguntó si temía perder en su última carrera antes del retiro.
“Mi entrenador siempre encuentra la manera (de que yo gane)”, señaló Bolt. “No estoy preocupado”.
En cuanto a su sucesor, Bolt asegura que disfrutará ser un mero espectador de la pugna por el trono del rey de la velocidad. “La verdad es que estoy muy entusiasmado de solo sentarme y ser testigo de quién será el próximo campeón olímpico de los 100 y 200 metros”, indicó. “Se asoman varias figuras jóvenes. Es excitante presenciar quién será el que dará el pasado al frente para ser campeón”.
Bolt ha sido el amo y señor de las pruebas de velocidad durante nueve años, monopolizando todos los grandes títulos. Sin embargo, ser consciente que le quedan dos meses en las pistas hace que todo sea melancólico.
Competir en su novena y último edición de la justa Golden Spike el miércoles, al correr en los 100 metros en la ciudad checa de Ostrava.
“Cada justa tendrá mucha carga emocional”, indicó. “Son mis últimas carreras. Es una temporada emotiva”.
La Golden Spike es una de las justas favoritas de Bolt por su veloz pista, y que sus tribunas siempre están atestas por público sin importar que llueva o haga frío.
Su otra carrera que ha pautado previo a Londres la prueba de la Liga Diamante en Mónaco, el 21 de julio. No ha tomado decisiones sobre otras carreras.
No contempla alejarse por completo del atletismo tras su última carrera. Su intención es seguir activo con su equipo en Jamaica.
“Mi entrenador me estado insistiendo que incursione en entrenar”, afirmó. “Quizás la próxima temporada me verán mucho en las pistas. No seré entrenador, pero voy a estar supervisando y observando”.