Desde hace varios días, la instancia olímpica, con sede en Lausana, intenta justificar su posición de aguardar acontecimientos, mientras que el balance de fallecidos por coronavirus se multiplica, con las medidas de confinamiento de la población tomándose en muchos países, afectando ahora a 900 millones de personas.
“No vivimos en una burbuja o en otro planeta. Claro que examinamos otros escenarios, pero no sería responsable hoy y sería prematuro partir de especulaciones y tomar una decisión”, explicó el presidente del COI, el alemán Thomas Bach, en una entrevista el jueves con el New York Times, cuando le preguntaron por aplazar la cita que en teoría tendrá lugar del 24 de julio al 9 de agosto.
Desde Estados Unidos la respuesta no ha tardado en aparecer, desafiando la posición oficial de apoyo al COI del Comité Olímpico Estadounidense (USOPC).
En primer lugar alzó la voz la Federación de Natación, USA Swimming, con el poder que le dan sus 33 medallas, 16 de oro, en los Juegos de Rio 2016.
Exigió el aplazamiento porque sus nadadores no pueden entrenar normalmente, a riesgo de poder resultar infectados o propagar ellos la enfermedad.
Este argumento lo ha esgrimido un gran número de deportistas de alto nivel en el mundo, como la campeona olímpica de salto con pértiga, la griega Katerina Stefanidi, que acusa al COI “de poner en riesgo” su salud.
Durante toda esta semana muchos deportistas han difundido, a veces con humor, las imágenes de sus entrenamientos, confinados en sus casas, muchas veces con material rudimentario.
– Estrés y preocupación –
“Nuestros nadadores siempre están preparados para cualquier carrera, no importa cuándo ni dónde. Pero ir hacia adelante en medio de la crisis sanitaria mundial no es la respuesta. Lo justo es dar la prioridad a la salud y a la seguridad de cada uno”, escribió el director general de USA Swimming, Tim Hinchey, en un correo al USOPC.
Este sábado le siguió el presidente de la Federación Estadounidense de Atletismo, Max Siegel, pidiendo al USOPC reaccionar ante el COI.
“Lo correcto y responsable a hacer es priorizar la salud y seguridad de todos y reconocer de forma apropiada los efectos que tiene esta difícil situación y que seguirá teniendo sobre nuestros atletas y sus preparativos para los Juegos Olímpicos”, señaló Siegel, reconociendo que “no hay una situación perfecta”.
Los llamamientos al aplazamiento también llegaron desde Francia, donde la Federación de Natación puso por delante la “equidad deportiva”.
“En Francia, los deportistas se ven perjudicados por un confinamiento generalizado que no les permite entrenarse”, señaló la FFN, que es la primera federación nacional olímpica de Francia.
Y desde Noruega. “Es importante que el COI tome una decisión lo antes posible, para que cada uno tenga una oportunidad igualitaria de prepararse”, declaró a la AFP la portavoz del Comité Olímpico Noruego Sofie Olsen.
El COI también está bajo presión por el aplazamiento de otras competiciones prestigiosas, como la Eurocopa 2020 o la Copa América 2020, que se disputarán en 2021, o Roland Garros, que ha pasado de mayo a septiembre.
Con un presupuesto de más de 11.000 millones de euros invertidos para las infraestructuras y la organización, 11.000 deportistas del mundo entero y millones de espectadores son esperados en Japón, por lo que el desafío logístico de un aplazamiento sería sin precedentes.
Pero para un número cada vez mayor de actores implicados, hay que decidir rápido. “Creemos que, en la situación actual, vamos hacia un aplazamiento”, señaló el presidente de la Federación Francesa de Atletismo, André Giraud.
“Hace falta ahora tomar la decisión, para que los atletas salgan de la situación de estrés y preocupación en la que están”, añadió.
Una posición resumida por el mensaje en Twitter por el estadounidense Ashton Eaton, doble campeón olímpico de decatlón: “Tokio-2021. No hay otra solución”.