Rodman, una de las pocas personas que conoce a los mandatarios de ambos países, habló brevemente con periodistas a su paso por el aeropuerto de Beijing, ataviado con una camiseta promocionando una moneda virtual asociada a la marihuana. En la capital china tomó un vuelo a Pyongyang.
Cuando se le preguntó si había hablado con Trump sobre su viaje, dijo: “Bueno, estoy seguro de que está bastante contento con el hecho de que voy allí a intentar lograr algo que ambos necesitamos” .
Rodman fue recibido como una celebridad en todas sus visitas anteriores a Corea del Norte, aunque recibió críticas generalizadas por hacerlo en un momento de gran tensión entre Washington y Pyongyang por el programa armamentístico norcoreano.
En Tokio, un alto funcionario estadounidense de visita dijo que Rodman viajaba como ciudadano particular.
“Estamos informados de su visita. Le deseamos lo mejor, pero hemos emitido advertencias de viaje para los estadounidenses sugiriendo que no viajen a Corea del Norte por su propia seguridad” , dijo a la prensa el subsecretario de Estado Thomas Shannon tras reunirse con autoridades japonesas para tratar la amenaza de misiles norcoreanos y otros asuntos.
Cualquier visita de un estadounidense conocido es un campo de minas político, y Rodman ha sido criticado por no utilizar su influencia sobre mandatarios que por lo demás están aislados del resto del mundo en el plano diplomático.