La inesperada visita se ha producido en torno al mediodía cuando el tenista serbio, que está a punto de ser padre por segunda vez, viajaba en un auto por la calle de Alcalá y al ver el portón del parque de bomberos abierto ha mandado parar el vehículo y ha entrado en las instalaciones, para regocijo de los bomberos que estaban de guardia, que le han reconocido al instante y que apenas se lo podían creer.
A continuación, Djokovic ha sacado un móvil y ha llamado a su hijo, con el que, a través de videoconferencia, le ha explicado que estaba en un parque de bomberos madrileño (el número 2).
Los bomberos han inmortalizado el momento y no han perdido tiempo en difundirlo por las redes sociales.