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“Si (los controladores) no hubieran participado en los numerosos actos negligentes u omisiones aquí descritos, entonces el piloto no se habría visto obligado a responder a múltiples solicitudes y comandos durante la fase más crítica del vuelo”, indica la nueva denuncia.
Por su parte, la Administración Federal de Aviación (Federal Aviation Administration) ha declinado hacer comentarios mientras el proceso judicial siga abierto y ha pedido mantener el anonimato de los demandados por razones de seguridad.
Island Express, que ha sido denunciada por la familia de Bryant y otras víctimas, afirma en su versión del accidente que uno de los controladores rechazó la petición del piloto, Ara Zobayan, de continuar con el vuelo controlando por radar.
Añade además que el primer controlador no informó correctamente de la situación al segundo durante un cambio de turno y de que tampoco desconectó las conexiones de comunicación, por lo que el piloto creyó en todo momento que seguía en contacto con la torre y su vuelo estaba siendo monitorizado.
Sin esos errores, insiste la compañía, los controladores habrían alertado de que el helicóptero estaba en riesgo de chocar.
En la investigación inicial se determinó que el Zobayan estaba confundido en el momento del accidente, ya que informó que estaba ascendiendo a cuatro mil pies para superar las nubes, cuando en realidad se precipitaba hacia una colina donde se estrelló al noroeste de Los Ángeles.
Las mil 700 páginas de informes no ofrecen una conclusión exacta de la causa del accidente, sino que compilan informes y registran los intercambios de comunicación entre el piloto y los controlaodres, así como mensajes sobre las condiciones climáticas de aquella jornada de enero.