Además, hoy concluyó el plazo para presentar las propuestas arquitectónicas y el coste de construcción del recinto olímpico, después de que el Gobierno nipón descartara el pasado julio el diseño de la arquitecta Zaha Hadid seleccionado inicialmente.
El plan original de Hadid consistía en sustituir el Estadio Nacional, finalmente demolido, y construir uno nuevo con una capacidad de 80 mil personas y techo retráctil.
Las fuertes críticas a este proyecto por su elevado coste, que alcanzó el doble de lo presupuestado, su excesiva magnitud y su diseño poco adaptado al entorno dieron lugar a que Ejecutivo japonés lo descartara.
Finalmente, el Gobierno nipón rebajó el aforo del nuevo estadio a 68 mil asientos fijos y aprobó un presupuesto de 155 mil millones de yenes (1.131 millones de euros), que sufragarán el Ejecutivo central y de la ciudad de Tokio.
La polémica en torno a las instalaciones olímpicas alcanzó tal magnitud que el ministro nipón de Deporte, Hakubun Shimomura, y su director general, Kimito Kubo, dimitieron de sus cargos a finales del pasado mes de julio acuciados por las críticas.
Además, el retraso acumulado en la construcción del nuevo estadio olímpico de Tokio también ha supuesto que el mundial de Rugby de 2019, cuya celebración iba a tener lugar en este recinto, tenga que cambiar su sede