“Ahora que juego con gente más joven veo que tengo poco a perder porque he conseguido más de lo que esperaba, es como un regalo jugar una final en cada pista central, lo aprecio y lo disfruto mucho”, dijo Ferrer, que aún ve mucha tierra de por medio con Orantes. “Son muchos títulos, no hablamos de dos o tres, lo veo difícil el poder igualarlo.”
Es el tercer título de Ferrer en el año y el segundo consecutivo, porque la semana pasada ganó en Río de Janeiro, sobre polvo de arcilla.