“Fue una jornada decente para mí. He podido preparar un poco la clasificación y la carrera, todo ha ido bien. Tengo la impresión de que los pilotos de Ferrari van a ser una amenaza. Hoy fueron muy deprisa”, apuntó Rosberg tras la jornada.
Hamilton se mostró muy serio y concentrado el jueves, durante la conferencia de prensa oficial de la FIA, evitando cualquier cuestión relativa al pasado Gran Premio, en las calles de Mónaco.
Y es que hace dos semanas, Hamilton perdió la carrera en las últimas vueltas cuando su equipo le mandó entrar en boxes tras el accidente de Max Verstappen (Toro Rosso) y la salida del coche de seguridad.
Hamilton, que lideraba la prueba, entró a cambiar neumáticos y se vio superado por Rosberg y Vettel, que decidieron no parar y acabaron primero y segundo respectivamente. Así, el inglés finalizó tercero por detrás de ellos y con un enfado monumental.
Sin nada en la recámara
“No quiero volver a Mónaco. No me importa. Es irrelevante y no puedo hacer nada respecto al pasado. Somos un gran equipo, tenemos un gran coche y hay que mirar hacia adelante. Me siento fuerte”, dijo el jueves.
Y esa fuerza la sacó a relucir menos de 24 horas después en el circuito que vio su primera victoria en la Fórmula 1, en 2007, cuando conducía para McLaren.
Furioso, sobrevolando los pianos y las chicanes del circuito Gilles Villeneuve, Hamilton ganó la primera batalla del fin de semana.
En ella se esperaba a su compañero Rosberg, que ganó las dos últimas pruebas y está segundo del campeonato, a sólo 10 puntos del británico, pero los Ferrari demostraron que quieren estar en la pelea y que van aprovechar cualquier fallo de cualquiera de los dos Mercedes.
Así, Vettel fue segundo y el finlandés Kimi Raikkonen, tercero, con un tiempo de 1:16.310.
La segunda sesión se vio interrumpida más o menos a la mitad por la intensa lluvia, que hizo que todos los equipos se resguardasen del agua… menos Mercedes, cuyo intento le salió caro: Hamilton bloqueó los neumáticos y se fue contra el muro.
A partir de ahí todos tomaron nota y dieron la jornada por concluida.
“El final no fue genial pero globalmente ha sido una buena jornada. Podría no haber salido pero no es tan grave, sólo ha sufrido daños la parte delantera. No es el fin del mundo” , dijo el británico tras los ensayos, que ha ganado tres veces en Canadá.
Maldonado ve el sol entre las nubes
La sorpresa del día fue Pastor Maldonado (Lotus), más cuestionado que nunca y que finalizó quinto (1:16.600).
El venezolano, cuyo despido llegó a sobrevolar el paddock tras no ser capaz de sumar ni un punto en las seis carreras anteriores, dio un golpe encima de la mesa y demostró que, si la suerte le acompaña, puede lograr un gran resultado en Canadá.
“He tenido muy mala suerte, he tenido varias problemas durante las carreras”, apuntó Maldonado el jueves, que vio el sol en Montreal entre tantas nubes.
El que sigue sin ver la luz es el español Fernando Alonso, decimoquinto a lomos de su McLaren-Honda, a casi dos segundos del mejor registro de Hamilton (1:17.627).
Se había especulado con que McLaren traía una importante mejora en su motor para esta carrera pero ésta ha dejado mojados y fríos a sus aficionados, que vieron también cómo el británico Jenson Button acababa antepenúltimo (1:18.135).