La edición 112 de la Serie Mundial arranca el martes con un enfrentamiento inédito de franquicias que buscan poner fin a prolongadas sequías. ¿Cuán dilatadas? Los Cachorros ganaron su último Clásico de Otoño en 1908, mientras los Indios no se coronan desde 1948. El total combinado entre los dos clubes es de 174 temporadas.
“Lo fenomenal es que uno acabará con esa sequía”, declaró el lunes Francisco Lindor, el segunda base puertorriqueño de Cleveland. “Esto es grandioso para nuestras ciudades. Es un duelo de dos ciudades que viven el béisbol con mucha pasión, las dos se lo merecen tanto”.
Jon Lester, con marca de 3-0 y efectividad de 0.43 en tres aperturas en la Serie Mundial, abrirá por los Cachorros en el primer juego en el Progressive Field de Cleveland. Lo hará contra Corey Kluber, quien ostenta una foja 2-1 y una efectividad de 0.98 en su primera postemporada.
Quizás el manager de los Indios sea el más capacitado sobre el tema de lograr el éxito al frente de equipos con tanto tiempo sin adjudicarse el máximo título del béisbol de las Grandes Ligas. Después de todo, Terry Francona ganó un par de campeonatos con los Medias Rojas. El primero de ellos fue en 2004, poniéndole fin a una espera de 86 años.
Pero Francona consideró que la discusión sobre cuál franquicia es la más afligida — el constante recordatorio de dolorosas debacles y relatos de maldiciones — no incide para nada en la preparación de sus jugadores.
“Creo que es algo que entretiene a los fanáticos, disfrutan hablar de eso, compadecerse de eso, como quieran describirlo”, señaló Francona, cuyo equipo barrió a los Medias Rojas en la serie divisional y luego superó en cinco a los Azulejos en el duelo por el campeonato de la Liga Americana.
“Me parece que si te pones a mirar tan atrás el pasado, es como adelantarse demasiado, y entonces no te fijas en lo que tienes en ciernes”, añadió Francona. “Estos jugadores se ganaron el derecho de poder vencer a los Cachorros, y eso ya es una asignatura muy complicada. Pero no creo que necesitemos ponernos a preocuparnos por lo que pasó hace 40, 50, 60 años”.
Por el mismo prisma, su contraparte Joe Maddon afirmó que no se aburre de recalcar que los Cachorros en ningún momento se han dejado abrumar por el peso de la historia. Más bien, su estrategia fue convencer a Kris Bryant, Javier Báez y compañía de que las desorbitadas expectativas y las asfixiantes presiones eran una bendición.
¿Para qué involucrarse en algo o ser protagonista de una situación o momento sin grandes expectativas?”, se preguntó Maddon. “Las expectativas y la presión son sinónimos. ¿Y por qué le vas a rehuir a eso? En mi caso, mi alternativa sería estar haciendo un asado en el patio de mi casa en Tampa, o que mi DirecTV esté funcionando bien. Yo prefiero esta realidad”.
Su realidad es atrapar la primera corona de Serie Mundial para Chicago en 107 temporadas.
Y hasta ahora, estos Cachorros han confirmado que pueden lograrlo. Ganar su división Central de la Liga Nacional fue un paseo, pero han respondido con creces en los momentos de adversidad que afrontaron al eliminar a San Francisco y Los Ángeles en las primeras rondas de los playoffs.
Por ejemplo, en la serie divisional contra los Gigantes, Chicago perdió el tercer juego en 13 innings, luego que Aroldis Chapman no pudo sostener una ventaja en el octavo capítulo. ¿Cómo respondieron al día siguiente en San Francisco? Perdían 5-2 en el noveno episodio del cuarto partido, pero anotaron cuatro veces para liquidar la serie sin necesidad de disputar un quinto duelo en el Wrigley Field.
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— Chicago Cubs (@Cubs) October 25, 2016
La frase pánico empezó a retumbar en torno a los Cachorros cuando sufrieron un par de blanqueadas consecutivas ante los Dodgers, para quedar abajo 2-1 en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional. Procedieron a ganar los siguientes tres juegos, fabricando 23 carreras contra seis de Los Ángeles. Tras baches ofensivos en el inicio de la postemporada, Anthony Rizzo y Addison Russell salieron del letargo en esos juegos.
“Son un equipo que se ensambló para octubre. Creo que lo han sabido desde hace mucho. Y van a ser un hueso duro de roer”, advirtió Francona.
La postemporada tiende a ser una trampa traicionera para equipos que arrasan en la campaña regular. Desde 1990, solo cuatro equipos que tuvieron el mejor récord entre abril y septiembre acabaron proclamándose campeones.
Basta de mencionar a la cabra Billy, un gato negro y Steve Bartman, los Cachorros no parecen tener fisuras.
“Asumimos el reto de ser el rival a vencer”, dijo el primera base Rizzo. “Se nos señaló como el mejor equipo de las Grandes Ligas. Y lo fuimos”.
Pero el último reto será vencer a unos Indios que no se inmutan ante el hecho de que el rival sea el favorito. Total, esta ha sido una campaña en la que han sorteado lesiones de piezas claves, como el jardinero Michel Brantley (tercero en la votación al Jugador Más Valioso de la Americana en 2014) y los abridores Danny Salazar y Carlos Carrasco. Pero cuentan con la chispa de Lindor y un magnífico bullpen, liderado por Andrew Miller (14 ponches en siete innings y dos tercios sin permitir carreras en la serie ante Toronto) “Nuestra responsabilidad es motivarnos con lo que sea”, dijo Francona.
La Serie Mundial se pondrá en marcha tras una ceremonia en la arena de básquetbol situada en una calle contigua al estadio de los Indios. LeBron James y los Cavaliers recibirán sus anillos de campeones, previo al inicio de la nueva temporada de la NBA. Ese título ganado en junio fue el primero de una franquicia profesional de Cleveland desde el que los Browns de la NFL conquistaron en 1964.
“Son circunstancias muy bonitas”, destacó Miller. “Obviamente que los fanáticos de nosotros hubieran querido haber ganado mucho más, pero creo que los Cachorros nos superan en cuanto a esa historia”.