Deporte Internacional

La otra pasión del jamaiquino Usain Bolt

AUsain Bolt lo que le gustaba de pequeño era jugar al criket y al futbol, y corretear por las calles dando patadas a una pelota, junto a su hermano menor, Saliki. Su hermana Sherine no se sentía atraída por esas andanzas.

Sus padres, Wellesley y Jennifer, regentaban una tienda de ultramarinos y pertenecían a la  clase media. Bolt era rápido, “tenía alas en los pies”, como se dijo de los velocistas vencedores en los Juegos de París 1924, inmortalizados en la película Carros de Fuego, que obtuvo el Óscar de 1981. Pero Usain quería utilizar esas alas en los pies    para el criket y el soccer.

El lugar que lo vio nacer

Bolt nació el 21 de agosto de 1986, en Sherwood Content, un pueblo que podríamos llamar doble, compuesto por Sherwood y Content, en Trelawny, algo así como una provincia del norte de Jamaica. Allí a las provincias les llaman parroquias.

Fue en la escuela secundaria William Knibb Memorial donde un entrenador llamado Pablo McNeill consiguió que el joven Usain relegara el criket y el futbol en beneficio del atletismo.

No fue fácil, pero McNeill, que había sido velocista de élite —semifinalista en los 100 metros de los Juegos de Tokio 1964 y cuarto en el relevo corto en esa misma competición—, logró convencerlo. Para entonces Usain era un chico velocísimo. A ese convencimiento ayudó también la tradición atlética de la escuela, de la que había salido Michael Green, séptimo en los Juegos Olímpicos de Atlanta en el hectómetro y subcampeón mundial de 60 metros en pista cubierta en París 1997.

McNeill lo convenció de que lo suyo era la velocidad, correr más rápido que nadie en una pista; las pocas que hay en Jamaica son a menudo de hierba. Y a empujones lo encaminó hacia el deporte que lo ha convertido en uno de los más legendarios deportistas de todos los tiempos.

A Usain, además del criket y el futbol, le gustaba gastar bromas. En cierta ocasión se escondió en una camioneta y fue detenido por la Policía, con el resultado de que pasó una noche en el calabozo, del que fue rescatado por su entrenador.
También era amigo del espectáculo y ya en los Campeonatos Mundiales Juniors de Kingston 2002 despertó la atención de los ojeadores —comerciales, en este caso—, no solo por su alta velocidad, sino por su capacidad de enamorar a la gente con sus gestos, ya por entonces muy similares a los actuales, que le granjean la simpatía de los espectadores y la gratitud eterna de los fotoperiodistas, que tienen en él buenos momentos gráficos.

Fuertes críticas

Luego de haberse coronarse campeón olímpico en Pekín 2008 fue criticado nada menos que por el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), el cirujano belga Jacques Rogge, que calificó sus ahora famosos gestos como “antideportivos”. En estos momentos nadie los considera como tales, e incluso algunos han sido copiados por sus rivales… sin mucha fortuna.

En aquellos mundiales Juniors de Kingston —estaba becado por la Federación de Jamaica en un plantel educativo de alto rendimiento— ganó los 200 metros y el responsable de la marca Puma hizo una llamada urgente a la sede central, en Alemania.

“Hay por aquí un chico muy rápido que, además, da un gran espectáculo”. Y de ahí surgió el primer contrato, que no ha hecho más que crecer y crecer desde entonces. La firma germana y el atleta jamaicano se han guardado fidelidad eterna.

Él, por su parte, ha rechazado ofertas mucho más suculentas. Por otra, Puma, además de incrementar drásticamente su remuneración, ha tenido detalles con él, de vez en cuando: el regalo de un vehículo deportivo de alta gama, cuando fue campeón olímpico en Pekín, por ejemplo.

Bolt es un amante de la velocidad, en todos los sentidos de la palabra. Y también de los autos rápidos, lo que le ha ocasionado algún accidente: en una ocasión se hizo cortes en la cara, en otras se lesionó  un tobillo  cuando viajaba con su amigo, compatriota y rival Asafa Powell.

El mejor pagado del mundo

Usain se dedica profesionalmente al atletismo desde hace muchos años, y es, con muchísima diferencia, el atleta mejor pagado del mundo, y de la historia, y uno de los deportistas punteros en el ranquin clásico de la revista Forbes.
El interés de Bolt siempre ha ido más allá del dinero, ha sabido renunciar a competir en momentos determinados, a pesar de que cobra más de €200 mil    por carrera, y   gasta mucho dinero en obras sociales.

Aparte del atletismo, su gran devoción es ejercer de DJ en las noches de Kingston, cuando está en período de descanso, como ahora, o de entrenamiento poco intenso.

“Es el DJ más famoso de Jamaica”, proclaman sus seguidores. Alguna reunión internacional ha aprovechado su presencia para añadir un plus a su remuneración como atleta, para que dé espectáculo en las fiestas nocturnas poscompetición, que suelen ser habituales en los grandes mítines, que él convierte en show.

¿Qué pasará cuando se retire del atletismo? Él ha dejado ver que le gustaría jugar profesionalmente al criket e incluso se ve como delantero del Manchester United, su equipo de futbol favorito. Pero esas aspiraciones parecen ser, más que nada, una de esas bromas que tanto gustan al mejor atleta mundial de todos los tiempos  y quien más espectáculo da.

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