El año pasado, la joven letona había entrado por primera vez en el cuadro principal de Roland Garros, cayendo en primera ronda. Antes de esta cita en París, la mejor actuación de Ostapenko en un Grand Slam era la tercera ronda que alcanzó en enero en Australia.
El partido de este martes estuvo interrumpido por dos ocasiones por la lluvia, uno de los parones de más de tres horas, pero Ostapenko mantuvo la concentración y la regularidad en cada reanudación.
Nunca una jugadora letona había alcanzado las semifinales en un torneo del Grand Slam en la era Open.
Ostapenko está firmando un gran torneo, en el que dejó fuera en segunda ronda a la puertorriqueña Mónica Puig, oro olímpico en Rio-2016, y en octavos a la australiana Samantha Stosur, campeona del Abierto de Estados Unidos en 2011 y subcampeona de Roland Garros en 2010.
Por contra, Wozniacki, que en 2010 alcanzó el número 1 mundial y que ostentó esa posición durante 67 semanas en el pasado, no pudo superar su mejor resultado en París, que eran los cuartos de 2010.
Seguirá teniendo como asignatura pendiente no haber ganado nunca un Grand Slam. Lo más cerca que estuvo fueron los Abiertos de Estados Unidos de 2009 y 2014, donde fue subcampeona.
Ostapenko parece tenerle tomada la medida a Wozniacki, a la que ha ganado ahora en las cuatro ocasiones en las que se han enfrentado. Dos de ellas habían tenido lugar este año en tierra batida antes de París, en Charleston y Praga.