Nacido en un hogar humilde y criado por una madre soltera, James dijo que entiende la situación por la que atraviesan los jóvenes del programa “Rise”.
“Creo que mi historia habla por sí sola, ya saben que de niño nunca pensé que no podía convertir mi sueño en realidad, y sabía que iba a necesitar trabajar muy duro, sacrificarme mucho y mucho amor”, dijo. “Amo este deporte y no iba a dejar que nadie me dijera que no podría lograr algo, así que sé exactamente por lo que atraviesan muchos de estos niños”.
El cuatro veces jugador más valioso de la NBA, que la semana pasada anunció que patrocinará becas universitarias para niños de su ciudad natal de Akron (Ohio), dijo que “se siente fabuloso poder ser alguien que la gente admira, poder lograr más cosas”.
Esta es la segunda visita de James a Filipinas, un país donde el básquetbol es muy popular y donde hay canchas en casi todas las villas. La última vez que visitó fue hace dos años, cuando todavía jugaba con el Heat de Miami.
James dijo que quiere enseñar destrezas a los chicos, y “contarles historias, hablarles sobre el deporte”.
“Luego depende de ellos usar las cosas que les diga para mejorar”, señaló.