El estadounidense de 55 años tocó todos los temas y se abrió al hablar de qué hay que copiar de los mejores, sus errores, los problemas de disciplina de los pugilistas y qué le escribiría en un mail a Cus D’Amato, su recordado entrenador en los años ochenta.
“La vida es solo una competencia para mejorar la vida, pero no para llevar desde la perspectiva del ego. Me refiero solo a mejorar la vida. Haz que la vida sea razonable para todos, negros, blancos, rojos, amarillos, pobres, ricos, todos para tener la razón. Es solo que el amor es demasiado grande, ni siquiera puedo, yo no sé, articular amor para ti, tan poderoso, tengo millones de formas, mira un bicho, una hormiga, es simplemente grande, es muy grande”, dijo en una entrevista con el sitio del Consejo Mundial de Boxeo.
“Soy tan pequeño que apenas me noto. Pero hago mucho ruido. Así es como veo mi vida. Necesitamos la adversidad en nuestra vida y necesitamos ser competitivos. Me veo a mí mismo como un buscador. Mi primera pelea fue por una paloma. Y eso me llevó hasta aquí”, agregó.
Hay un tema que le llama la atención y es la muerte: “Estamos tan cerca de un encuentro con la muerte que ni siquiera sabemos que estás con la muerte en este momento. En cualquier momento puede pasar cualquier cosa, podemos morir en cualquier segundo, y cuando te estás muriendo la vida se vuelve más hermosa. Todo lo que ves, el árbol es más hermoso, todo cada vez que tenemos la fecha de la expedición, cuando ya no estamos, todo se ve mejor, la imagen es más hermosa, todo es hermoso, todo es más amoroso”.
“Creo que la muerte tiene mala fama, como puede ser tan bella la vida y mala la muerte. Para qué Dios querría que suframos, si todo lo que creemos de Dios es verdad, que yo también creo, ¿para que él querría que suframos? ¿sufrir? Cómo puede ser tan bella y mala la muerte cuando todo es amor. No creo que la muerte sea mala, creo que esa es quizá otra forma de vida que tenemos que experimentar, o somos indignos de experimentar. Veo a mis hijos como mi máquina del tiempo. La muerte debe ser uno de los momentos más grandes de la vida. El paso de la vida”, indicó.
Sobre los modelos a seguir para ser el mejor, reflexionó: “No importa lo genial que haya sido tener un maestro magistral, pero si quieres ser el mejor, miras a los mejores y adoptas su estilo de vida. No seas como ellos, solo ten su estilo de vida y de eso se trata, tener el estilo de vida de los más grandes. Y te llevará a donde quieras ir. A veces te lleva a lugares que no puedes comprender ni manejar. Sabes que tus habilidades te llevan a algún lugar que tu cerebro ni siquiera puede manejar, y así es como nos metemos en problemas. (Risas) Estás pasando el rato con estos presidentes y reinas, ¿qué diablos estoy haciendo? Soy un niño de la calle. Sé que hay gente así, ¿qué estoy haciendo? Esta gente condecorándome y esas cosas. Creo que eso es asqueroso”, reconoció.
En los últimos años Iron Mike tomó un rol espiritual y eso lo llevó a indagar sobre muchos aspecto, pero considera que no hay nada como “estar al lado de Dios”. Sostiene que hay mucho por aprender y debatir: “Hay planetas en los que llueven diamantes, como Júpiter, Saturno. Y hay tantas estrellas o muchas más que arena. No sabemos nada, si Julio César no puso los 365 del año, ¿cómo vamos a saber nuestra edad? Solo tiene 70 años antes de Cristo. Así que dijo que los 365 días del año van a sumar un año, entonces, ¿cómo vivió Matusalén hasta los 3.000 años? ¿Cómo dijo la hora entonces? Cuántas lunas, nadie sabe nada. Esa es la competencia para saber y descubrir el secreto”.
Aunque el momento en el que se quebró fue cuando le plantearon la posibilidad de escribirle a su recordado entrenador: “Si viniera Dios con una computadora o teléfono y te dijera “tienes la oportunidad de enviar un correo a Cus D’Amato, ¿qué escribirías?”, le preguntaron. “¿Cómo lo hice? Eso es todo, eso es todo lo que tengo”.