Deporte Internacional

Por qué las protestas sociales afectan el calendario deportivo en América Latina

Los focos de protesta social encendidos en las últimas semanas en países como Ecuador, Chile o México se han cobrado una víctima colateral en el calendario deportivo de América, obligado ahora a recomponer su agenda y reprogramar las competiciones que fueron aplazadas, cuando no canceladas, ante la imposibilidad de garantizar su seguridad.

La agenda deportiva en América Latina ha sufrido cambios debido a las protestas en varios países. (Foto Prensa Libre: Pexels)

La agenda deportiva en América Latina ha sufrido cambios debido a las protestas en varios países. (Foto Prensa Libre: Pexels)

A día de hoy está ratificada, sin embargo, una de las principales citas del año, la disputa de la final de la Copa Libertadores el 23 de noviembre en el Estadio Nacional de Santiago de Chile.

Es la primera vez que la final de esta competición se disputa a partido único y la Conmebol (Confederación Sudamericana de Futbol) confirmó el pasado domingo el mantenimiento de la fecha prevista, pese al estado de excepción que rige en Chile por las protestas que empezaron el día 18 por el alza del precio del billete de metro.

Aunque la medida fue cancelada, las manifestaciones continúan en demanda de reformas sociales profundas, salpicadas por fuertes episodios de violencia. Hasta la fecha se contabilizan 15 fallecidos.

El mismo organismo, la Conmebol, que refrendó el 23 de noviembre para la final de la Libertadores anunció el martes 22 de octubre, apenas dos días después, la suspensión de la Copa América de futbol sala, que tenía que haber comenzado este miércoles en la ciudad chilena de Los Ángeles, 510 km al sur de Santiago.

La dedicación de las fuerzas de seguridad “a restaurar el orden y normalidad en Chile” fue el motivo esgrimido por el organismo deportivo.

No hay por el momento nuevas fechas para la Copa, en la que iban a participar Chile, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Argentina, en el grupo A, y el vigente campeón Brasil, Venezuela, Colombia, Paraguay y Perú, en el Grupo B.

La propia liga chilena se vio afectada cuando el pasado viernes la Asociación Nacional de Futbol Profesional (ANFP) anunció la suspensión de los partidos de futbol del fin de semana en la Región Metropolitana, en la que se ubica la capital, sobre la que ya se había decretado el estado de emergencia.

“En virtud de la situación que afecta al Gran Santiago, la ANFP ha decidido suspender los partidos de futbol profesional de Primera División, Primera B, Segunda División, Futbol Femenino y Futbol Joven de este fin de semana en la Región Metropolitana”, anunció el organismo.

En Primera, el programa de la vigesimoquinta jornada incluía, entre otros, el Palestino-Unión Española y el Universidad Católica-Colo Colo, de cuyos resultados dependía que la Católica pudiera proclamarse campeona.

El Sudamericano masculino de baloncesto sub-17 que debía empezar en Santiago de Chile el día 28 fue igualmente aplazado.

En una carta firmada el lunes por el presidente, el paraguayo Marcelo Bedoya, y el secretario, el ecuatoriano José Arévalo, la Confederación Sudamericana (CONSUBASQUET) informó “con mucha pena” a los presidentes de las federaciones afiliadas de la suspensión del torneo.

 

“Hemos considerado prudente la postergación del mismo a resultas de los graves problemas por todos conocidos que sufren hoy día nuestros hermanos chilenos”, señaló el escrito.

La competición se disputará del 25 al 30 de noviembre, pero los equipos que no puedan o no deseen participar en las nuevas fechas no sufrirán sanciones deportivas o económicas, siempre que lo comuniquen antes del día 8 del mes próximo.

Estaban inscritos Argentina, Colombia, Uruguay y Venezuela, reunidos en el grupo A, y Chile, que defiende el título, Ecuador, Paraguay y Brasil, en el B.

De miércoles a viernes debía haberse disputado la decimoséptima jornada del torneo Clausura de la liga boliviana de fútbol, pero tampoco será posible: los siete partidos previstos fueron aplazados el martes.

Las sospechas de fraude en el recuento de votos tras las elecciones del pasado domingo en Bolivia están en el origen de los disturbios en este país. Evo Morales, actual presidente y dado por ganador en el conteo oficial, y el opositor Carlos Mesal se juegan la necesidad de acudir o no a una segunda vuelta electoral.

La Comisión Técnica de la División Profesional de fútbol acordó la suspensión de esta jornada con el propósito de velar por “la integridad de los clubes”, ante “los posibles conflictos que se presentaran en el país”.

El Bolívar de La Paz ni siquiera esperó a que la medida fuera oficial y decidió por su cuenta, “debido a los hechos de conocimiento público”, no desplazarse a Potosí, donde el lunes por la noche hubo fuertes manifestaciones y donde la Academia paceña debía enfrentarse este miércoles con el Real Potosí.

La ola de protestas que sacudió Ecuador a principios de octubre, tras la aprobación de un decreto que eliminaba el subsidio a los combustibles, también tuvo consecuencias deportivas inmediatas. El fin de semana del 5-6, con el país igualmente bajo estado de excepción, la prohibición de aglomeraciones condujo a la cancelación del partido de ida de las semifinales de Copa entre Liga de Quito y Emelec.

Poco después también fueron suspendidos los partidos de vuelta de las semifinales Emelec-Liga de Quito y Delfín-Barcelona.

La Federación Ecuatoriana de Ciclismo (FEC) aplazó primero, y suspendió después, la XXXVI edición de la Vuelta a Ecuador, en la que iban a participar dieciséis equipos, seis de ellos extranjeros.

 

La Copa Libertadores femenina, que debía disputarse en Ecuador del 11 al 27 de octubre, quedó inmediatamente bajo sospecha de cancelación. La Conmebol salió al paso de los temores y ratificó el día 8 la celebración del torneo, en el que iban a participar 16 equipos.

Apenas cien policías fueron destinados a garantizar la seguridad en los estadios quiteños Atahualpa y Rodrigo Paz Delgado en la jornada inicial de la Copa, en la que el colombiano Atlético Huila comenzó la defensa del título con una victoria por 2-1 sobre el Peñarol uruguayo.

Pero al día siguiente, el sábado 12, la Conmebol decidió suspender los partidos por falta de garantías.

Concluidas las manifestaciones que había durando once días en la noche del domingo, tras un acuerdo entre el Gobierno y los líderes indígenas para sustituir el decreto sobre los carburantes, el organismo futbolístico sudamericano decidió continuar con la Libertadores femenina, garantizada “la provisión de los servicios básicos y la seguridad adecuada para este tipo de eventos”.

La competición llega ya a su fase de semifinales, sin más interrupciones en su desarrollo.

El deporte mexicano también sufrió las consecuencias de disturbios ajenos a la competición cuando el partido que debían disputar el día 17 los Dorados de Sinaloa contra los Potros de Atlante fue suspendido por la ola de violencia en Culiacán tras la detención de Ovidio Guzmán, uno de los hijos del narcotraficante Chapo Guzmán.

La Liga MX acordó el aplazamiento sin fecha, tras el caos causado por un sinfín de tiroteos en la ciudad, “acatando las indicaciones de las autoridades y salvaguardando la integridad de aficionados, jugadores y árbitros”.

Si a las suspensiones causadas por las protestas sociales de diversa índole se suman imprevistos como las lluvias torrenciales registradas en Uruguay hace dos fines de semana, que obligaron a reprogramar la sexta jornada del Clausura para los días 16 y 17, o la convocatoria de huelga de los futbolistas colombianos que debe ser efectiva a partir de la jornada 20 de liga, entre el 2 y el 3 de noviembre, el calendario deportivo de este final de 2019 será recordado como uno de los más inestables de las últimas décadas en América.

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