La antigua número 1 mundial de 30 años pudo participar en el torneo de tierra batida, que ha ganado tres veces, gracias a una invitación de la organización, lo que fue criticado por varias jugadoras.
“He estado esperando esto durante mucho tiempo. Es la mejor sensación del mundo salir (a la cancha). Ha sido una parte de mí desde que era una niña y ha sido muy especial”, dijo la rusa tras acabar el partido.
Sharapova fue sancionada tras dar positivo por meldonium. El último torneo que disputó antes de Stuttgart fue el Abierto de Australia 2016.
Nerviosa al principio del choque, cuando perdió los dos primeros juegos con numerosas faltas directas, Sharapova fue poco a poco tomando el ritmo al partido.
Ante una adversaria con más confianza y competición, finalmente recuperó la calma para lograr en una hora la primera manga. Con 5-5 consiguió la rotura decisiva, sirviendo a continuación para ganar sin temblar.
En la segunda se mostró más confiada e impuso su ley. Entonces expresó su alegría y alivio con un largo grito agudo, una de sus señas de distinción, y las dos muñecas cerradas.
“Era mi primer partido en mucho tiempo, por lo que cuando llega el momento bloqueas todo lo demás. Soy competitiva por naturaleza, incluso cuando las cosas no funcionan”, dijo Sharapova.