El fracaso y la derrota son dos palabras que no tienen cabida en Martínez, y es el fruto de su constancia, disciplina y entrega lo que le ha llevado a subir al podio en más de una ocasión.
“Ser campeona tiene muchos significados: Uno que el trabajo duro de todos estos años están dando resultados, además como persona no me siento diferente, solo me motiva a ser cada día mejor y para que los niños que vienen abajo nos tomen como un ejemplo. El objetivo es hacer de nuestro país, un país ganador”, resaltó Martínez.
En la reciente edición del Torneo Mundial Juvenil de Raquetbol, que se celebró en San Luis Potosí México, Ana Gabriela obtuvo su séptimo cetro, pero además pudo cumplir otro de sus sueños: ganar un campeonato en la modalidad de dobles junto a su hermana Andrea.
Entre ambas existe una gran complicidad, y aunque a veces discuten en la cancha, prevalece el deseo de superarse, lo cual fue vital para festejar juntas el oro en dobles femeninos.
Apoyo total
Andrea y Gabriela cuentan con el apoyo incondicional de sus padres Roxana y Héctor. La única condición siempre ha sido mantener el promedio escolar, pues sino su castigo sería ya no jugar al raquetbol.
En la vida profesional, Andrea sigue el ejemplo de sus padres y estudia odontología, y aunque en la universidad los permisos para ausentarse son más complicados, sigue dando todo su esfuerzo en cada entreno y competencia.
Gaby, quien el próximo año cursará quinto bachillerato, ha contado con el total respaldo de su establecimiento durante sus competencias. Sus compañeros y maestros comprenden que ser una atleta de alto rendimiento requiere de mucho sacrificio y en algunas ocasiones le reprograman tareas y exámenes.
Para su madre Roxana es un orgullo ver a sus hijas triunfar, y más al ver la pasión y compromiso con que siempre se entregan.
“Es un orgullo increíble y una felicidad enorme. Hemos vivido momentos duros, pues no todo ha sido fácil, especialmente porque me hacen mucha falta cuando se van a las competencias, pero se ven los frutos de su esfuerzo y eso me hace muy feliz”, confesó Roxana.
Cada competencia en la que participan las hermanas hace que la familia completa —abuelos, tíos, primos— se unan y celebren los logros, aunque a ellas no les gusta recibir mensajes, pues las hace sentir nerviosas y prefieren enfocarse en pelear cada punto dentro de la duela.
Gaby y Andrea viven una rivalidad muy sana y aunque solo se han enfrentado en torneos nacionales, Gaby ha ganado los encuentros.
El próximo año es de muchos retos para las hermanas Martínez, pero en cada uno dejarán el alma para representar con orgullo a Guatemala.