La avenida Vallarta fue el escenario principal del evento de los 20 kilómetros, que vio cómo el originario de la aldea Chiyuc, San Cristóbal Verapaz, Alta Verapaz, llegaba a la meta en primer lugar y marcaría el destino de la nueva era de la marcha guatemalteca.
Meses después —agosto 2012—, el sueño de ganar una presea en los Juegos Olímpicos parecía ser muy inalcanzable para Barrondo, pero el entrenamiento fuerte y el esfuerzo constante lo llevó a conseguirlo y regalarle una alegría enorme al país, que no había ganado una presea en 60 años de participación en estas justas.
Érick Barrondo empezó su participación en ciclos olímpicos, en los Juegos Panamericanos del 2011 donde se colgó el oro en los 20 kilómetros.
Desde ese momento, Barrondo se convirtió en el centro de atención de todo el mundo, ya que en los últimos kilómetros de la competencia de Londres, el campeón defensor —Pekín 2008—, el ruso Valeriy Borchin no aguantó el ritmo y se desmayó, dejando la opción para que el guatemalteco llegara sin problemas para la medalla de plata.
Con mejor nivel
El deseo por dejar huella en cada evento que participa ha llevado al marchista a entrenarse en Europa, alcanzando un mejor desempeño y apegándose a la técnica del polaco Bohdan Bulakowski, con quien se entrena desde enero del 2014.
Con tan solo 24 años, el marchista verapacense ha demostrado su calidad para esta disciplina, que lo ha llevado a conquistar grandes triunfos, tanto en el ciclo olímpico como en competencias de gran importancia en todo el planeta.
Sin duda, los Juegos Panamericanos de Guadalajara traen buenos recuerdos para Barrondo, quien ahora con más experiencia y mejor disciplina llega a Toronto, con el único objetivo de revalidar el campeonato que consiguió en el 2011, además de hacer historia y ganar en los 50 kilómetros.