De Rose, jefe de control antidopaje en los Olímpicos que se aproximan, habló en exclusiva con Tododeportes de Prensa Libre y dio detalles minuciosos sobre el tema y la estrategia que se usará en la competencia.
“Es un reto muy grande, nosotros nos basamos en las indicaciones del Comité Olímpico Internacional (COI) y pensamos hacer alrededor de cinco mil controles de orina y mil 500 de sangre. Para ello llevamos a los mejores especialistas en el tema de todo el mundo”, señaló de Rose.
Una de las novedades que se implementaran en el máximo evento del ciclo olímpico es que cada disciplina y sus distintas modalidades tendrán un modelo específico de control.
El médico Henrique de Rose nació en Porto Alegre, Brasil, el 8 de agosto de 1942. Su larga experiencia se enfoca principalmente en la medicina deportiva. En Río atenderá sus justas 16. Se inició en Los Ángeles, en 1984. En dopaje hizo sus primeros trabajos en 1968, con el Club Porto Alegre, en el cual trabajó durante 10 años. Hizo un posgrado en Francia y Alemania de 1980 a 1985.
También es miembro del Consejo Directivo de la Wada y de la comisión médica del COI.
“Antes del 2015, todos los exámenes eran similares para todos los deportes. Ahora habrá controles para las distintas disciplinas. Por ejemplo, se tendrá uno para los deportes de fuerza y resistencia, con base en un documento técnico que entró en vigor para este evento, especialmente”, explicó el profesional.
Recurso
Uno de los inconvenientes es que Brasil no tiene el personal capacitado para este tipo de actividades, por lo que la organización contempla llevar alrededor de cien profesionales de América, Europa, Asia y Oceanía para que se pueda cumplir con el objetivo —en total serán 150 los encargados que estarán en las pruebas de dopaje—.
“Nuestro laboratorio está listo y acreditado por la Wada (Agencia Mundial Antidopaje, en inglés), para llevar a Brasil entre los mejores en este tema, contamos con toda la estructura y logística; el envío de las muestras se hará por medio del correo nacional del país”, manifestó el jefe de controles.
Una de las tradiciones olímpicas que se tratará de mantener es que el resultado de los exámenes que den negativo se conozcan en 48 horas y los positivos, en 72.
Confiable
De Rose considera que es casi imposible que un atleta dopado pase el control. “De un examen basal de orina pasamos a uno en sangre y orina de eritropoyetina; luego a las hormonas de crecimiento en sangre y uno de hormonas precursoras en sangre y orina. La técnica es tan buena y fuerte que yo podría excluir alguna manipulación. Esa es también la razón de traer a los mejores especialistas”, señaló.
La única forma de hacer trampa, según el profesional, es una manipulación en el área de toma de muestra, y sería pasar una sustancia que no sea la original, pero estarán bien fiscalizados y eso no debería suceder, por lo que Río, sin duda, será una prueba más para los especialistas.