El mejor marchista de la historia de Guatemala reflexionó sobre lo realizado en el 2016 y accedió a conversar de su nueva aventura en el 2017 bajo la supervisión de Francisco Paquillo Fernández, medallista de plata en los Olímpicos Atenas 2004.
¿Cómo analiza el 2016?
Definitivamente fue un año de decisiones, las mejores de mi carrera deportiva y mi vida personal, algunas creo que debí tomarlas antes. Competitivamente no fue muy bueno.
Érick Barrondo, seleccionado nacional de marcha.
¿Esas decisiones incluyen el cambio de entrenador?
Érick Barrondo, seleccionado nacional de marcha.
No tanto eso, yo había hablado que me podía quedar trabajando con quien fuera, pero quería entrenar solo. La decisión era aislarme del equipo.
¿Qué puede decir de los Juegos de Río 2016?
Nos fallaron las matemáticas. Se entrenó 15 días antes en México y hablamos que con el tiempo que tenía terminaría entre los primeros cinco lugares, pero los cálculos fallaron.
¿Apuraron la recuperación?
Hasta cierto punto sí. Una semana antes me sentía muy bien y el día de la competencia todo cambió. Después de los primeros cinco kilómetros me comenzó a molestar mucho la rodilla y decidí solo terminar.
¿Cómo tomó las críticas después de los Olímpicos?
Prestarle demasiada atención le resta a las personas que siempre están conmigo. Vivimos en un país en el que hagamos lo qué hagamos no vamos a quedar bien con todos. Hay gente que no está feliz ni con su propia vida. He aprendido a darle vuelta a los asuntos y tengo muy claro a quienes tengo que escuchar y a quienes no.
¿Cómo fue trabajar con el polaco Bohdan Bulakowski?
Me dolió más no ganar una medalla por él que por mí. En Guatemala hay un error y es que a los entrenadores les dejan muchos atletas y no pueden prestarle atención completa a los de alto rendimiento.
¿Qué opina del nuevo entrenador Francisco Paquillo Fernández?
Es un atleta admirable, poco creíble su trayectoria porque se mantuvo casi toda su carrera ganando medallas y pasó lo que pocas veces pasa, dejar de ser atleta para ser entrenador y tener éxito. Estoy seguro que nos va a ir bien, con él se puede mejorar en todos los aspectos. Se entrenará con un equipo donde todos tienen la idea de ganar y no esperan a que nadie haga algo por ellos.
¿Eso le pasaba aquí?
No hay ni siquiera necesidad de decirlo. En el ciclo del 2012 al 2016 creo que se ganaron solo dos medallas además de las mías y de Mirna Ortíz. Creo que existió falta de compromiso de algunos compañeros y teníamos las mismas condiciones de trabajo.
¿Qué espera en España?
La verdad no quisiera irme, pero para mejorar lo tengo que hacer. Vamos a trabajar en la ciudad del entrenador. Allí llega la selección de Francia con su campamento y también los marchistas de Irlanda. Se entrena todos los días con campeones mundiales y se contagia ese nivel de competencia. Para ganarle a ellos tenemos que trabajar igual que ellos.Para ser medallista hay que hacer lo que hacía antes de Londres 2012: volver a entrenar, pasar desapercibido, no tener tanto compromiso más que entrenar. Tengo que buscar mis marcas de clasificación y son bastante accesibles y cualquiera de todos los compañeros lo podemos hacer.
¿Cómo se enfrenta a este nuevo año deportivo?
La idea es irnos con Mirna Ortíz el día 5 de enero a España, trabajar allá y después viajar a Perú a la Copa Panamericana de Marcha. Después venimos a Guatemala a la noche estelar de atletismo, estamos unos días en el país y después volvemos a España. En Perú buscaré la marca para el Mundial que se realizará en Londres.
¿Qué le dice a la gente?
La marcha ha crecido mucho y hay que apoyar. Ahora en Alta Verapaz hay más niños marchando que jugando futbol.