“La verdad, no tenía ni idea de que había empatado ese logro”, dijo Cordón con asombro a la AFP. “Pero qué bueno. Estoy contento porque cada vez que he podido representar a mi país en este tipo de eventos puedo aportar una medalla a la delegación. Y eso es lo más importante”.
Cuando Solti instauró su marca, Cordón aún no emprendía su trayectoria en Panamericanos. Esta comenzó en Rio de Janeiro-2007 y desde el inicio fue destacada pues llegó a la final que terminó perdiendo.
Cuatro años después, Kevin cambió esa plata por el oro en Guadalajara-2011 y ahora en Toronto-2015 ha revalidado el título de manera categórica.
En la final de estos Juegos en Toronto, Cordón se impuso de gran manera 2-0 al canadiense Andrew D’Souza. En ambos sets logró un indiscutido triunfo con parciales de 21-13 y 21-14 en 28 minutos de juego.
“Desde el principio sabía que tenía que tomar la iniciativa, porque normalmente los jugadores con mucha consistencia como él no tienen mucha velocidad y yo sabía que atacándolo con rapidez le iba a romper su esquema de juego”, resumió Cordón.
A pesar de la claridad a su favor en el marcador, la final fue sufrida para el guatemalteco, quien peleó el oro con una molestia en el aductor izquierdo.
“Me estaba doliendo la pierna durante el partido, ahorita mismo me está doliendo, pero en este momento todo es alegría. Ya cuando esté en Guatemala se verá qué tan seria es la lesión”, comentó Cordón.
Para Kevin este triunfo fue posible también gracias a sus dos hermanos, Eddy, el menor, quien presenció la final desde la tribuna y Marvin, el mayor, cuya ausencia le acompaña desde su fallecimiento ocurrido en un accidente automovilístico en 2013 allá en Guatemala.
“En los momentos complicados del partido pensé en Marvin”, comenta Kevin evitando que se le quebrara la voz. “Ay -suspira ligeramente- ¿Quién iba a decir que después de la desgracia que viví hace dos años hoy iba a estar aquí celebrando una medalla?”.