Es por ello, que el ciclista Manuel Rodas no se puede quejar de haber nacido en este municipio que forma parte de la Mancomunidad Metrópoli de los Altos. Aunque parte de su infancia la vivió en Petén, el cariño por el lugar que lo vio nacer permanece intacto.
“Cuando era niño no me imaginaba ser ciclista y menos tener resultados positivos. No me imaginaba estar donde estoy. No pasaba por mi mente clasificarme a Juegos Olímpicos, ni una vez, menos dos, o hacer tres ciclos olímpicos completos, pero ha sido la mejor parte de mi vida”, reconoce el atleta.
Con una niñez agradable al lado de su familia, el pedalista quetzalteco tuvo una estrecha relación con su tío Omar Ochoa —exciclista—, quien fue su inspiración para iniciarse en este deporte.
“Recuerdo la primera vez que me subí a una bicicleta. Fue una gran experiencia que no voy a olvidar. Después de esa vez, ya no quería bajarme; quería estar allí todo el tiempo”, recuerda Rodas.
Como cualquier niño, Manuel también disfrutaba de jugar futbol y en algún momento soñó con jugar con Xelajú MC y marcar goles en el estadio Mario Camposeco; sin embargo, conforme fue creciendo y empezó a vivir las Vueltas Ciclísticas a Guatemala, los planes cambiaron.
En plena adolescencia, cuando tenía 15 años, Meme vio competir a su tío Omar, quien representó a Guatemala en los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996, y entonces nació en él la pasión por el ciclismo y por querer ser un profesional en la bicicleta, y así hacer resonar el nombre de Guatemala en otros países.
“Cuando vi a mi entrenador Omar Ochoa vestido de ciclista y hacer sus rutas, me llamó la atención, también hacía deporte con un mi primo, y un día les pedí ir con ellos y me gustó tanto, que al día siguiente volví a salir, y al siguiente también y ya no lo pude dejar”, recuerda Rodas.
“Salir de Guatemala y representar al país en otros lugares es una sensación que no se puede describir. Siempre lo soñé y esa fue una de mis motivaciones para practicar este deporte, porque me daba la oportunidad de hacer algo por mi país, algo positivo”, asegura el deportista.
Su carrera como profesional comenzó en el 2000, en los Juegos Intermunicipales en los que consiguió la medalla de bronce en la prueba contrarreloj por equipos. Manuel tenía 16 años y el resultado fue prometedor y le sirvió como una señal de que había tomado la decisión correcta al dedicarse a esta disciplina.
Posteriormente compitió en los Juegos Nacionales, y entre 2003 y 2004, formó parte del equipo HINO, el cual representó en las Vueltas Ciclísticas a Guatemala, con lo que cumplió uno de sus sueños.
Un año después pasó a ser parte del equipo Cable DX, uno de los más reconocidos a nivel nacional, y se convirtió en una pieza clave. Ya era parte de la Selección Nacional de Ciclismo y en 2006 se consagró campeón centroamericano en la prueba por puntos.
Los resultados continuaban respaldando la decisión que Manuel había tomado y como un toque especial, llegó su clasificación a los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, donde ocupó la sétima posición, algo que fue la antesala de su clasificación a los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
“Mis primeros Juegos Olímpicos fueron una gran experiencia, aunque al estar allí tuve un par de problemas. Eso mismo me motiva para ahora ir a Río a tomar la revancha. Los Juegos en Londres me dejaron un mal sabor de boca, porque quería lograr algo más y quería destacar. Ese es siempre el objetivo, poder representar de una manera digna a Guatemala, aunque sabemos que esas justas reúnen a los mejores deportistas de todo el mundo y el nivel es el más alto”, señala el deportista de La Esperanza, quien por problemas técnicos no pudo terminar la prueba de ruta.
La competencia, de una distancia de 250 kilómetros, con un total de 146 pedalistas en acción. La salida y meta estuvo ubicada en el Palacio de Buckingham. Cuando Manuel Rodas llevaba un recorrido de 130 kilómetros tuvo que abandonar la prueba.
Ahora, el esfuerzo y todos los sacrificios que ha hecho para elevar su nivel, le otorgan a Manuel una nueva oportunidad para asistir a unos Juegos Olímpicos, algo que logró tras un gran año 2015 y que lo colocó en el octavo puesto del ranquin del Tour de América de la Unión (UCI).
“Uno siempre que va a cualquier evento va con la mentalidad de dar lo mejor de sí, y esta no es la excepción. Quiero hacer un mejor papel de lo que fue Londres. Además, es imposible no ilusionarse con una medalla, pese a que es muy difícil”, afirma Rodas.
Apoyo especial
Su esposa Sucely Castillo y su pequeño hijo Kevin, son el motor para continuar luchando y esforzarse por ser mejor cada día, tanto en la pista, como fuera de ella.
“Yo formé mi familia a los 25 años de edad. A los 10 meses tuvimos a nuestro hijo Kevin, quien nació con un tumor en la espalda. Afortunadamente sí estuve presente cuando nació. Nos dimos cuenta meses antes de que él naciera que tenía una anomalía, pero gracias a Dios lo hemos superado, con mi familia y sobretodo los doctores que han estado al pendiente de su situación. Se ha ido superando y últimamente está muy bien”, cuenta el ciclista olímpico.
Esta prueba solo ha ayudado a fortalecer su relación de familia. Su esposa e hijo agradecen el esfuerzo de Manuel por todos los entrenamientos diarios y las ocasiones en las que por cuestiones de competencia o campamentos de preparación tiene que salir del país. “La tecnología nos ha ayudado ha mantenernos siempre en contacto, aunque es lógico que siempre que salgo los extraño mucho… También extraño las shecas”, dice con una sonrisa.
Con nuevos retos personales y quienes lo inspiran a seguir dando lo mejor de sí mismo, Manuel Rodas está listo para brillar en el circuito urbano de Copacabana, entre el Parque Flamingo y el Fuerte de Copacabana, en donde se disputará la prueba de ruta en los Juegos Olímpicos de Río 2016, que se realizarán en agosto.