“Fue un alivio, debía haberlo dejado antes”, asegura Blatter en la entrevista -hecha en una floristería-, al ser preguntado cómo se sintió al verse despojado de la presidencia.
Blatter rememoró cómo, en una ocasión, un redactor jefe del diario suizo le dijo que todo producto tiene una fecha de caducidad y que el suyo debía ser 2014. “Pero, a veces, pone que el producto puede ser consumido más allá de ese plazo si me conserva en un lugar fresco”, recuerda, con pesar, que contestó.
Al ser preguntado por qué no publicó íntegro el Informe García, la investigación hecha por el exfiscal estadounidense sobre la concesión de los Mundiales a Rusia y Qatar reflejada en 430 páginas y desvelada esta semana, el expresidente de la Fifa dijo que fue el juez Hans-Joachim Eckert. presidente de la Comisión de Ética, el que le aconsejó que sólo se hiciese público un resumen de 40 páginas y añade: “Si no tuviera la conciencia tranquila, yo no estaría aquí”.
Blatter afirma que no quiere criticar a su sucesor, Gianni Infantino, “Mi dignidad, mi moral y mi educación prohíben que hable mal de él”, pero desliza cómo han ido siendo sustituidos todos los componentes de la Comisión de Ética que han investigado sus actividades, entre ellos los máximos responsables, Hans-Joachim Eckert y Cornel Borbély. “Su salida es una muy mala señal para la Fifa”, añade.
Inhabilitado durante seis años de toda actividad relacionada con el futbol, Blatter sorprende al responder que está dispuesto a acudir al Mundial de Rusia 2018.
¿Irá a la Copa Mundial de Rusia?, “Sí, claro. Incluso Vladimir Putin me ha invitado”, asegura, al tiempo que bromea: “Tan sólo no puedo ejercer de árbitro, para todo lo demás sí”.
Blatter se muestra, además, convencido de la inocencia del futbol ruso en relación con las acusaciones de dopaje que ha recibido. “Los rusos jugarán. En el Mundial de 2014 se hicieron controles antidopaje generalizados, también a los rusos. No creo que ninguno estuviese dopado, pero vamos a esperar”.
Además, no se muestra demasiado convencido de la aplicación del videoarbitraje, tras la experiencia de la Copa de las Confederaciones y después de que Infantino haya anunciado su aplicación en el próximo Mundial. “El juego, sin discusión, pierde atractivo. Hay que dejar que los árbitros cometan errores. Lo que está haciendo la Fifa es complicado y peligroso”.