“Lo haremos lo mejor posible y jugaremos con nuestro mejor jugador (Cristiano Ronaldo), si está en forma y no lesionado”, dijo Fernando Santos, seleccionador portugués.
“Es un equipo que se está transformando, pero mantiene un alto nivel. Yo, personalmente, admiro a Fernando Santos, seguí sus partidos en la pasada Eurocopa”, añadió el seleccionador mexicano, el colombiano Juan Carlos Osorio.
Los partidos se jugarán en Kazán, Moscú, San Petersburgo y Sochi. Este torneo es considerado un ensayo general del Mundial que organizará Rusia en 2018.
Según el formato de la Confederaciones, los dos primeros de cada grupo se cruzarán en semifinales. Los ganadores disputarán la final.
El mánager de la selección alemana Oliver Bierhoff se mostró muy crítico con la dotación económica del torneo.
“Es lamentable, finalizaremos con pérdidas”, dijo sobre una competición que reparte US$20 millones entre sus 8 participantes (US$3,8 millones para el vencedor).
Alemania, gran favorito
La generación dorada de Chile, capaz de ganar dos ediciones consecutivas de la Copa América (2015 y 2016), tendrá una dura prueba en la primera fase; la campeona del Mundo Alemania, prodigio de regularidad en los grandes torneos con un grupo de jugadores muy consolidado y Joachim Low al mando desde 2006.
“Claro que vendremos a Rusia con nuestro mejor equipo. Tengo algunos meses para decidir, pero daré una oportunidad a los jóvenes jugadores”, dijo Low este sábado.
“Es un privilegio para nosotros poder enfrentar al último campeón del mundo. Vamos a disfrutarlo y esperar que las cosas salgan bien. Es una buena prueba para nosotros”, señaló el argentino Juan Antonio Pizzi, seleccionador chileno.
A 202 días del comienzo del torneo, Rusia se enfrenta a múltiples desafíos, con estadios que tienen atrasos, casos de corrupción que ensucian los preparativos y el mal momento del equipo nacional, 55º en la clasificación Fifa, entre Israel y Arabia Saudí.
La delicada situación de Rusia quedó confirmada en la pasada Eurocopa de Francia, cuando no superó la primera fase sin haber logrado un triunfo y con su imagen manchada por el comportamiento violento de sus ultras.
Sin partidos oficiales al estar clasificado para el Mundial como organizador, competir en la Confederaciones será una buena piedra de toque para el combinado local. Deberá sorprender a Portugal y México, teóricos favoritos de la llave, para alcanzar las semifinales.
En lo que respecta a las infraestructuras, el estadio de San Petersburgo, que recibirá la final el 2 de julio, es el símbolo de las dificultades que atraviesa el país para preparar el Mundial, que comenzará en 564 días.
Su construcción, que comenzó en 2007, ha estado marcada por los atrasos. El terreno, que debe disponer de una tecnología que permita su retirada en el caso de que el recinto no se utilice para el futbol, no funciona correctamente.