Su primera prueba oficial será mañana domingo (12:00 horas) en Tel-Aviv, donde los parisinos se juegan la Supercopa ante el Nantes.
En ella no estará su buque insignia, Kylian Mbappé, quien cumple una sanción pendiente de la temporada pasada, pero sí los otros dos grandes reclamos, Leo Messi y Neymar. Este último se ha mostrado especialmente motivado durante la gira de preparación en Japón ante los rumores que aseguraban que el PSG quería desprenderse de él.
El brasileño, que hace cinco años se convirtió en el futbolista más caro del planeta (222 millones pagados por el PSG al Barcelona), integrará el ataque parisino junto al internacional español Pablo Sarabia, dentro de los planes de Galtier después de su año de cesión en el Sporting de Lisboa.
En el nuevo acomodo táctico del entrenador francés -sustituto del argentino Mauricio Pochettino-, Messi, de 35 años, figurará detrás de los puntas en un 3-4-1-2.
En la portería, Gigi Donnarumma parte con más ventaja que Keylor Navas. El año pasado se alternaron la titularidad en una competencia que desgastó al vestuario, mientras que Sergio Ramos, atenazado por los problemas físicos el último año y medio, contará con una plaza de titular en la línea de tres defensores.
La contratación más cara del PSG este verano, el medio portugués Vitinha, procedente del Oporto a cambio de 41 millones, alineará en la sala de máquinas junto a Verratti. Los otros dos refuerzos estivales, el defensor francés Nordi Mukiele, procedente del RB Leipzig, y el delantero también galo Hugo Ekitike, ex del Reims, tendrán que esperar para su titularidad.
Vitinha, Mukiele y Ekitike cumplen con los nuevos criterios demandados por el presidente del club, Nasser Al-Khelaifi, harto de las ultimas decepciones europeas. Son jóvenes y con un gran margen de progresión. Y Mukiele y Ekitike tienen el plus de ser franceses, otro deseo de Al-Khelaifi, quien busca a futbolistas que se identifiquen fácilmente con el PSG antes que a “vedettes” extranjeras.
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Este es un cambio de 180 grados en la filosofía de un club hasta ahora despilfarrador gracias al dinero de Catar. La meta del nuevo proyecto es de sobra conocida: conquistar su primera Liga de Campeones, el objetivo principal desde que Catar desembarcó en 2011 en París.
Este domingo, para ganar su undécima Supercopa gala, el PSG deberá vencer la resistencia de un histórico del fútbol francés, el Nantes. El club a orillas del Loira ganó la Copa francesa el pasado mayo al Niza, entonces dirigido por Galtier.
El principal activo de los “canarios” es su entrenador, Antoine Kombouaré, antiguo técnico del PSG y legendario futbolista del club. Junto a él, destaca el guardameta Alban Lafont, el medio Ludovic Blas y Moussa Sissoko, 71 veces internacional francés y ex del Newcastle y Tottenham.
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