Lo hizo al aprovechar el único fallo de Rio Kanekatsu, a la postre definitivo para el desenlace del torneo.
La final había sido pareja hasta ese momento, con dos equipos que apenas concedieron espacios a su rival. De hecho, en noventa minutos apenas se contabilizaron ocho disparos entre los tres palos: tres del combinado norcoreano y cinco del japonés.
Ninguno de ellos acabó en gol y el envite se vio encaminado hacia la tanda de penaltis después de que la fortuna acompañara al vigente campeón asiático en las postrimerías del duelo.
La capitana norcoreana Pak Hye Gyong se equivocó en el rechazo y a punto estuvo de entregar el triunfo al equipo nipón. Lo evitó sobre la línea Jon Yun Sim para retener el 0-0.
Esa acción fue clave ya que alargó la disputa por el entorchado mundialista. Sin opción de prórroga en la categoría, la árbitra australiana Kate Jacewicz anunció el comienzo de la tanda de penaltis, en la que el cuadro dirigido por Sin Jong Bok impuso su fiabilidad en el lanzamiento.
Como ya ocurrió el pasado año en la final de Campeonato de Asia, Corea del Norte negó el título a Japón, que acumulaba once victorias consecutivas en el Mundial Sub-17 contabilizando su actuación en la pasada edición del torneo, que sí ganó en Costa Rica.