Pero Cristiano quiere más. Siempre quiere más. Y en su libro de ruta tiene marcados más títulos grandes, mejorar su balance en las Ligas, de las que solo ha podido conquistar una, y después de saborear dos Ligas de Campeones en los tres últimos años, ampliar su grandeza en la competición más prestigiosa de la que ya es el máximo goleador histórico e intentar esta temporada guiar al Real Madrid a ser el primer club que conserva el reinado.
€96 millones, el que en 2009 era el traspaso más caro de la historia, le costó a Florentino Pérez traer al que se ha convertido, con el argentino Leo Messi, en el gran dominador del futbol mundial. En el Manchester United sintió que había tocado techo y se convirtió en el nuevo galáctico, heredando el testigo de Luis Figo, Ronaldo Nazario o David Beckham.
La carrera que Cristiano ha seguido en el Real Madrid desde su primer año, le ha convertido en el gran referente del madridismo. Su participación ha sido clave para los éxitos en la conquista de dos Ligas de Campeones, una Liga, dos Copas del Rey, un Mundial de Clubes, dos Supercopas de Europa y una Supercopa de España.
Asociando siempre su nombre con el gol para, gracias a su progresión realizadora, ser ya leyenda tras superar a mitos como Paco Gento, Puskas, Raúl González o Alfredo Di Stéfano. Le bastaron cuatro temporadas y media para conseguirlo y desde su primera renovación, en verano de 2013, ya ensancha números que serán difícil de alcanzar por ningún futbolista.
Sus números nunca dejaron de crecer y ahora lucha por mantener un buen número de goleador. De sus 33 goles en 35 partidos de su primera campaña, pasó a 53 en 54 en su segundo año, 60 en 55 en la tercera, o 69 dianas en la cuarta que le permitieron alcanzar su segundo Balón de Oro. Un total de 371 goles en 360 partidos, 48 más que Raúl y 64 que Di Stéfano hacen ver su dimensión.
Devorador de récords, es el madridista que menos partidos necesitó, 92, para alcanzar el centenar de goles en la Liga española, el primer futbolista en la historia de la Liga que consiguió marcar a todos los equipos a los que se enfrentó en una temporada o el único que marcó en seis clásicos consecutivos en Barcelona.
Su última temporada se convirtió en inolvidable, marcó 51 dianas con el Real Madrid, que principalmente impulsaron a la conquista de la Liga de Campeones, autor del tanto decisivo en la tanda de penaltis en la final de Milán ante el Atlético de Madrid. Y consiguió cerrar el círculo de sueños, conquistando un éxito con la selección de Portugal, quitándose la espina en la Eurocopa 2016.
Éxitos que le impulsarán a la conquista de su querido Balón de Oro, sin importar el momento de irregularidad por el que atraviesa. La lesión de rodilla en la final de la Eurocopa, la peor de su carrera, ha marcado su inicio de temporada.
Lleva siete goles pero su influencia en el juego se ha rebajado. Busca su mejor versión para recuperar la regularidad con el gol. Zidane, el cuerpo técnico, sus compañeros y la directiva no dudan de que lo conseguirá. Muestra la plena confianza es su segunda renovación, la subida salarial y la oportunidad de cumplir su sueño, retirarse de la elite en el Real Madrid dejando récords prácticamente insuperables.