Según han informado fuentes penitenciarias, el futbolista brasileño permanecía en el módulo de ingresos de la cárcel Brians 1 de Sant Esteve Sesrovires (Barcelona) desde el pasado viernes, cuando una jueza de Barcelona decretó su ingreso en prisión sin fianza, acusado de violar a una joven en un baño de la discoteca Sutton de Barcelona la noche del pasado 30 de diciembre.
La Secretaría de Medidas Penales del Departamento de Justicia de la Generalitat decidió trasladarlo a Brians 2, donde conviven tanto presos ya condenados como preventivos, porque este recinto cuenta con módulos residenciales más pequeños que permiten garantizar mejor su seguridad y convivencia con el resto de internos.
De hecho, los módulos de Brians 2 albergan a unos 80 internos, como promedio, mientras que en los de Brians 1 suelen convivir unos 200 presos.
Una vez trasladado, se ha vuelto a ubicar al futbolista en el módulo de ingresos, donde lo visitarán los profesionales del centro que deben decidir qué celda le asignan, una cuestión para la que no se tiene en cuenta el tipo de delito cometido.
Alves ha sido sometido a lo largo del fin de semana a los trámites habituales para un ingreso en prisión, fue cacheado y registradas sus pertenencias una vez comprobada su identidad por los trabajadores penitenciarios.
Posteriormente, le visitaron los profesionales sanitarios y fue entrevistado por miembros del equipo de tratamiento que debe decidir en qué grupo de reclusos se incluye al interno.
Mientras tanto la defensa del futbolista trabaja en la estrategia procesal para intentar que pueda salir en libertad provisional, por lo que estudia presentar un recurso contra su ingreso en prisión, si es necesario ofreciéndose a declarar de nuevo ante la jueza.
Esas gestiones, sin embargo, están a la espera de que Alves decida si cambia de abogado, como sugiere su entorno después de que la abogada que lo representaba, Miraida Puente, no pudiera el pasado viernes impedir que la jueza decretara prisión sin fianza para el deportista.
También prepara su estrategia la abogada de la víctima, quien en su declaración del pasado viernes ante la jueza renunció expresamente a la indemnización que pudiera corresponderle en caso de que Alves sea condenado por la violación.
En el auto en el que acordó el ingreso en prisión del futbolista, la jueza tuvo en cuenta las contradicciones en que incurrió el investigado frente a la contundente versión de la víctima, quien corroboró la denuncia que había presentado ante los Mossos hasta el último detalle.
De hecho, la víctima describió ante la jueza uno de los tatuajes que el futbolista luce en el abdomen, según las mismas fuentes.
Según su denuncia, el futbolista la invitó a ella y a unas amigas a tomar una copa, le pidió que la acompañara al baño del reservado en que se encontraban -que ella no sabía que era tal- y una vez allí la agredió sexualmente, empleando para ello la fuerza, como acreditan los partes médicos aportados por la víctima.
Comparte celda con otro preso en un módulo para agresores sexuales
Dani Alves comparte celda con otro recluso en el módulo al que son destinados la mayoría de agresores sexuales de la cárcel Brians 2 de Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), centro al que ha sido trasladado porque dispone de recintos más seguros y menos masificados.
Según han informado fuentes cercanas al centro, tras una breve estancia en el departamento de ingresos de la prisión, los responsables de Brians 2 le han asignado una celda en el módulo 13, que suele albergar a la mayoría de investigados o condenados por delitos contra la libertad sexual, aunque también los hay por otras infracciones penales.
Al menos los primeros días, Alves compartirá celda con otro recluso que ejercerá el papel de lo que en la jerga penitenciaria se conoce como “preso de confianza”, cuya misión es ayudar a superar la sensación de angustia y estrés que puede causar entrar en prisión, especialmente a las personas que nunca han estado en una penitenciaría.
El módulo 13, no obstante, dispone de espacio suficiente para que a algunos de los reclusos se les pueda asignar una celda individual, si así lo aconsejan las circunstancias del preso.