Lo logró con rotundidad y hasta con una lección de futbol más que notable ante la que el cuadro andaluz poco o nada pudo rebatir. Cuajó un pésimo encuentro del que se salvaron muy pocos.
La concentración con la que salió el Barcelona, el esfuerzo por la presión y la recuperación rápida del balón, anunció lo que iba a ocurrir. Los de Valverde, liderados por un magnífico Andrés Iniesta y por la magia de Leo Messi, fueron un huracán que asoló la línea de flotación del conjunto sevillista, constantemente desbordado.
Lee también: Neymar prepara su escape del PSG
Para colmo de males del cuadro andaluz, su línea defensiva adelantada no funcionó, tanto que un balón largo del meta Cillessen fue para Coutinho, que se marchó hasta casi la línea de fondo y le puso en bandeja el balón a Luis Suárez, que abrió la cuenta a puerta vacía.
Fue un cúmulo de despropósitos para los sevillistas y el inicio perfecto para un Barcelona que, pese al intento de reacción por medio únicamente de Jesús Navas, cabalgó hacia un nuevo título de forma indiscutible.
Te puede interesar: Este es el emotivo mensaje de Guardiola a sus jugadores por el título
Dejó sentenciada la final antes del intermedio. El festival azulgrana encontró el premio de los goles de Leo Messi -tras recibir de tacón de Jordi Alba- y de nuevo de Luis Suárez, que se desquitó de la mala fortuna que había tenido en sus anteriores finales coperas.
Entre Iniesta y Messi se bastaban para guiar, con su futbol de seda y con su precisión, a un equipo que no encontraba respuesta, en el que jugadores clave en la medular como Ever Banega o Steven Nzonzi no aparecían y sin su referencia el barco iba a la deriva en una noche desastrosa.
Aunque Montella buscó en el descanso la solución de Sandro en lugar de Correa estaba claro que ya la historia sería saber hasta cuánto quería llegar el Barcelona, que pese a bajar el pistón encontró todas las facilidades del mundo.
Iniesta coronó, a pase de Leo Messi y tras regatear a David Soria, su obra de arte. La afición del Barcelona, con casi toda la segunda parte por delante, pudo corear el 'campeones' sin temor a ninguna duda.
Lee también: Arsene Wenger pone fin a su reinado en el Arsenal tras 22 temporadas
No es la primera vez que el cuadro andaluz sufre potentes goleadas esta temporada. Volvió a mostrar su peor cara y lo pagó ante un Barcelona inspirado, concentrado y ansioso por recuperar el crédito y la ilusión perdidos en Roma.
La más de media hora que quedaba por delante era una auténtica pesadilla para el Sevilla y tiempo de sobra para que el Barcelona pudiera gustarse y lograr un marcador histórico. Sin forzar, dispuso de ocasiones para conseguirlo, pero ya daba igual. El futbol lo había recuperado y el título estaba ya garantizado.
Sandro tuvo su ocasión para salvar parte del mancillado orgullo hispalense, ese que mantuvo su infatigable afición con sus cánticos en los peores momentos, cantando el himno del Arrebato cuando Coutinho, a los 69 minutos, firmaba el 0-5 de penalti.
Esta final puede hacer un daño tremendo al Sevilla, que aún tiene que luchar por entrar en la Liga Europa, tanto como bien al Barcelona para mitigar los males europeos.
El equipo que más ha dignificado la Copa del Rey en la última década, peleando cada eliminatoria sin escatimar ni el más mínimo esfuerzo, es legítimo heredero de un NUEVO RÉCORD: cuatro títulos consecutivos, algo que no lograba nadie desde hacía 85 años. pic.twitter.com/k7Z2clZJMK
— MisterChip (Alexis) (@2010MisterChip) April 21, 2018
Lo mejor del último tramo fue la ovación que recibió de parte de ambas aficiones Iniesta, todo un símbolo del futbol español e internacional, cuando fue sustituido tras asegurar su trigésimo primer título, tantos como Messi.
Campeones, campeones …oe oe oe
? #Copa30
?? pic.twitter.com/OlVuYxeF7q— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) 21 de abril de 2018
Contenido Relacionado:
> Iniesta, un emblema del Barsa codiciado por China
> Fanáticos crean aplicación que te permite tomarte una selfie con Messi
> Javier Saviola termina campeón en la liga futsala de Andorra con el FC Encamp