Sin embargo, la doble amarilla al capitán y el posterior gol de penalti de Lewandowski dejó tocados a los de Wenger, que bajaron los brazos y recibieron cuatro goles más para caer por el mismo resultado que hace tres semanas en el Allianz Arena.
Las cosas se le torcieron al Arsenal desde antes de que comenzara el choque, puesto que Welbeck, el delantero elegido por Wenger para liderar el ataque, se lesionó en el calentamiento y fue reemplazado por Giroud.
Muchas de las esperanzas de los de Londres pasaban por Alexis Sánchez, quien, después de una convulsa semana, en la que se rumoreó sobre un posible rifirrafe con Wenger, volvía a la titularidad tras ser suplente el pasado sábado en Liverpool.
Cuatro fueron las novedades que presentó en preparador francés en el once: Ospina -el portero en la Champions-, Ramsey y Walcott, además del mencionado Alexis.
Sabían los Gunners de la importancia de empezar el duelo con el pie sobre el acelerador para tener alguna posibilidad de conseguir un sueño que se antojaba imposible. Y así lo hicieron, liderados por un magistral Oxlade-Chamberlain en el centro del campo y por un Walcott en el extremo derecho que volvió loco a Alaba. Mucho se esperaba de Alexis, que, sin embargo, pasó inadvertido hasta que fue sustituido por Lucas Pérez en el segundo tiempo.
Tras una serie de ocasiones con peligro, primero de Giroud y más tarde de Bellerín, Walcott castigó la pereza del Bayern en el minuto 20: el inglés recibió el balón tras un saque de banda, se quitó de encima a Alaba y fusiló a Neuer para animar a una grada que empezaba a confiar.
Poco o nada se vio del Bayern en los primeros 45 minutos. Los de Carlo Ancelotti parecían aletargados, superados en todo momento por un Arsenal inspirado.
Al poco de iniciarse la segunda mitad, Giroud metió el miedo en el cuerpo a los germanos con un remate de cabeza que se marchó desviado e invitó a los suyos a seguir soñando.
Sin embargo, el punto de inflexión del encuentro llegó poco después, en el 54, después de que el árbitro castigara con penalti y expulsión una entrada dentro del área de Koscielny sobre Lewandowski.
El ariete polaco engañó a Ospina y subió el 1-1 al marcador para difuminar de un plumazo cualquier atisbo de remontada de los Gunners. Con 10 jugadores, hundido moralmente y sabedor de que su eliminación era un hecho, el Arsenal se relajó y se convirtió en un coladero, hasta recibir cuatro goles más.
La remontada la completó Robben en el minuto 65, aprovechando un error en la salida de Ospina para plantarse solo y definir magistralmente con la zurda ante la salida del colombiano.
Los errores se sucedían y 10 minutos más tarde fue Xhaka el que falló en la entrega para dejar que Douglas Costa, quien había entrado poco antes por Robben, encarara a Mustafi y soltara un zurdazo que se fue cerrando hasta colocar la redonda en el fondo de las mallas.
El chileno Arturo Vidal con dos tantos, el primero picando el esférico ante la salida de Ospina, completó la goleada de los de Ancelotti, que llegan a octavos con paso firme y vuelven a humillar a un Arsenal en el que Wenger parece, 20 años después, haber cumplido su ciclo.