El partido tenía marcha y la grada intuía que se iba a cumplir el guión marcado por la estadística de los últimos años, en los que una sola vez en las últimas veinte citas el encuentro terminó sin goles.
Los donostiarras buscaban su tesoro en los balones colgados de Rubén Pardo y el Espanyol en el juego raso, las defensas se imponían en ambas áreas y la ocasión más clara de gol sería un rechace del argentino Piatti en un despeje de Rulli que estuvo cerca de costarle caro a la Real Sociedad cuando se acababa el primer tiempo.
La segunda mitad arrancó con poca chispa y mucho centro del campo, ambos equipos se respetaban mucho y parecía claro que el primero en marcar tendría medio triunfo en el bolsillo, algo que estuvo cerca de lograr la Real en el minuto 52 con un tiro intencionado de Illarramendi que se marchó rozando el palo.
Juami marcaría un gol anulado por fuera de juego por centímetros que pudo haber metido el miedo al conjunto catalán pero el Espanyol, lejos de arredrarse, jugó a partir de ahí sus mejores minutos de todo el partido.
El premio a su fútbol lo consiguió el conjunto de Sánchez Flores en el minuto 61, obra de Piatti, con un excepcional zapatazo desde fuera del área que evitó la estirada de Gero Rulli para intentar parar un balón imposible.
El equipo periquito, como ya le ocurrió ante Sevilla y Málaga, no podría sostener su ventaja y se dejaría empatar a doce minutos para el final con otro gran gol, el que logró el brasileño Willian José elevándose por encima de toda la zaga central para batir por alto a Diego López.