El conductor, herido en el rostro, logró parar el autobús con dificultades y fue transportado inmediatamente a un hospital en un coche policial que escoltaba el vehículo.
“Creemos que una suspensión del campeonato es inevitable”, indicó en su página web el club turco este domingo.
“Encontrar y castigar a los autores es algo vital para el club”, añadió el conjunto, actualmente líder del campeonato, que anunció una reunión extraordinaria el lunes para ver que “medidas tomar” tras el incidente.
Conductor herido
La Federación Turca de Fútbol (TFF) “denunció con la máxima firmeza” el incidente y reclamó en un comunicado que los autores “comparezcan inmediatamente ante la justicia y sean castigados”, mientras que la prensa deportiva estaba conmocionada por el incidente, inédito en Turquía, donde la violencia es frecuente en el fútbol, deporte rey en el país.
El ministro de Deportes, Cagatay Kiliç, denunció el sábado un “ataque cobarde e inhumano.” Y este domingo dijo que se estudiarán “todas las opciones”, incluida la suspensión temporal de los partidos, algo que había descartado en esa misma noche del sábado: “Estudiaremos todas las opciones”, insistió el ministro.
La clase política y el mundo del deporte condenó este ataque que podría haberse convertido en una tragedia.
El sábado por la noche, el conductor herido pudo detener con dificultades y gracias a la ayuda de miembros de seguridad del equipo turco el autobús, antes de ser llevado al hospital donde fue operado. Según los médicos citados por los medios turcos, el conductor se encuentra fuera de peligro.
Escopeta
Sin la intervención de los miembros del club a bordo del autobús, el vehículo podría haber caído a un barranco, según publicaba este domingo el diario Milliyet. “Es increíble. Un ataque así sólo puede perseguir como objetivo cometer un homicidio”, comentó el vicepresidente del club, Mahmut Uslu, presente en el autobús.
El Fenerbahçe cuenta en sus filas con estrellas mundiales como el brasileño Diego, el portugués Raul Meireles, o el francés Moussa Sow. Ningún jugador resultó herido y el equipo llegó por la noche a Estambul, donde fue recibido por centenares de hinchas.
El internacional holandés, Dirk Kuyt, lesionado en una pierna por lo que no viajó con el equipo para jugar ante el Rizespor el sábado, dijo estar “aterrado” por el ataque, en declaraciones al diario deportivo Fanatik.
Las autoridades de Trabzon -localidad donde se produjo el ataque- confirmaron que fueron disparos con balas reales y no de fogueo, además, la policía busca a los autores. Según los primeros datos de la investigación, una o más personas usaron una escopeta para atacar el bus. La Policía no hizo ninguna aclaración al respecto cuando fue preguntada por la AFP.
Turquía reforzó en los últimos años su legislación en materia de violencia en los estadios. Una ley de 2011 castigó a los aficionados que llevasen armas de fuego, objetos punzante o explosivos, con multas o penas de prisión que pueden ir de tres meses a un año.