Una toma del poder en dos tiempos: el viernes por la noche, el Leipzig, recién ascendido que no conoce la derrota en la Bundesliga, se imponía 3-2 al Bayer Leverkusen después de ir por detrás en dos ocasiones en el marcador.
A ello se añadió la derrota del Bayern de Múnich el sábado en el “Klassiker” ante el Borussia Dortmund (1-0), con lo que el equipo de la ciudad de la antigua Alemania Oriental se convirtió en líder en solitario de la Bundesliga con tres unidades de ventaja sobre el conjunto bávaro.
Pero los jugadores del equipo de los dos toros (logotipo de Red Bull) no son bien recibidos en ningún estadio del país.
Su autobús sufrió actos vandálicos el viernes en Leverkusen, último incidente de una serie que comenzó con el célebre lanzamiento de una cabeza de toro sobre el césped en Dresden, en agosto, en un partido de la Copa alemana.
Para echar más leña al fuego, el presidente del Borussia Dortmund, Hans-Joachim Watzke, declaró esta semana: “Por primera vez nos encontramos con un caso en el que nada, absolutamente nada se desarrolló de acuerdo con la historia. Se juega a futbol para promocionar una bebida”.
“El aficionado alemán tiene tradicionalmente una relación muy íntima con su club. Cuando se plantee: 'Ya no soy un aficionado, ni un miembro, sino un cliente', entonces tendremos un problema”, recalcó.
Desde un punto de vista más académico, el sociólogo Jonas Gabler considera que la particularidad del futbol alemán “es que los clubes son fundados como asociaciones, en los que los aficionados tienen el poder de control y de decisión (…) Ahora, los aficionados tienen la impresión de que esta tradición está corrompida por clubes creados por empresas”.
¿El “Klassiker” del futuro?
Porque si el Borussia Dortmund cuenta con 145 mil socios, y el Bayern con 280 mil el Red Bull es propiedad de la firma Red Bull (49%), y el 51% por una asociación, de conformidad con la ley, pero cuyos miembros son… empleados de la marca.
Pero en el plano deportivo el Red Bull ha realizado un crecimiento racional a cargo de hombres con conocimientos demostrados en el futbol.
Ello pese a que su presupuesto, aunque aún no se conoce, dista de los de los grandes clubes como el Bayern y el Dortmund.
Su plantilla no cuenta con ninguna estrella internacional, pero el club tiene un reputado centro de formación, del que salió entre otros Joshua Kimmich, revelación del año en el Bayern.
Y su filosofía de juego se basa en el sacrificio en pos del equipo y en detrimento de los egos individuales.
Desde el inicio de la temporada los corredores del Leipzig han corrido de media 4 kilómetros más por partido que sus rivales. La pregunta es si aguantarán este ritmo hasta el final.
“Hemos hecho un muy buen inicio de temporada, sabemos que vamos por el buen camino”, indicó el director deportivo Ralf Rangnick.
El Leipzig se desplaza a Múnich el 21 de diciembre. Algunos ya vislumbran ese partido como el “Klassiker” del futuro.