Volvió el técnico portugués a dejar en el banquillo al capitán, Wayne Rooney, y apostó por un centro del campo con Ander Herrera, Juan Mata y Paul Pogba.
El sueco Zlatan Ibrahimovic fue nuevamente la referencia arriba, flanqueado en los costados por los jóvenes ingleses Jesse Lingard y Marcus Rashford.
Tuvieron ocasiones de sobra los locales para abrir el marcador ante unos Potters muy tímidos en ataque, con un Wilfried Bony desaparecido y escasos destellos de Marko Arnautovic y Xherdan Shaqiri, y que sólo un excelso y acertado Lee Grant logró mantener en el partido.
Mediado el segundo tiempo, Martial, quien había ingresado en el terreno de juego dos minutos antes por Lingard, recogió el balón en la izquierda, encaró a la defensa, cedió a Rooney y, tras el rechazo de un defensor, soltó un derechazo suave que se coló por el palo largo del portero.
El tanto del internacional francés calmó los ánimos de un United que había hecho méritos para llevarse los tres puntos.
Sin embargo, a falta de poco menos de diez minutos para el final, el internacional galés Joe Allen silenció el Teatro de los sueños con el inesperado gol del empate.
Allen, que no marcaba en dos jornadas consecutivas desde hacía cinco años, mandó al fondo de la red un balón que De Gea no acertó a despejar tras un disparo desde fuera del área de Glen Johnson y que posteriormente Shaqiri estrelló en el palo.
Con el tiempo prácticamente cumplido, el francés Paul Pogba estuvo a punto de decantar la balanza para los locales, pero su remate de cabeza tras el centro de Rashford lo escupió el travesaño.
El marcador no se volvió a tocar en Old Trafford y United y Stoke se repartieron los puntos: los de Mourinho ascienden hasta la sexta posición y se quedan a cinco puntos del líder, el Manchester City, a falta de su encuentro de este domingo con el Tottenham, mientras que los Potters son ahora penúltimos y se quedan a un punto de la salvación.