“Estamos ante una crisis diplomática”, dijo, pero “el papel esencial de la Fifa como yo lo conozco, es ocuparse del futbol y no inmiscuirse en la geopolítica”, recalcó el suizo.
Infantino admitió no obstante que la organización debe “permanecer atenta a lo que ocurre” en Qatar.
“Observamos por ello con atención la evolución de la situación. También estamos en contacto regular con las más altas autoridades de Qatar y el comité de organización”, recalcó Infantino.
“Si la Fifa puede hacer algo para ayudar de alguna manera ofreceremos por supuesto nuestra ayuda”, señaló.
Los países de la región que han suspendido sus relaciones con Qatar acusan a este país de apoyar a organizaciones terroristas como los Hermanos Musulmanes, el Estado Islámico y Al Qaeda, así como de incumplir los compromisos y acuerdos internacionales.
También le culpan de “socavar la estabilidad” y de no cumplir con los acuerdos entre los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) del que forman parte.
El próximo diciembre hará siete años que Qatar ganó la organización del Mundial 2022, cuando el Comité Ejecutivo de la Fifa eligió su proyecto por delante de los de Australia, EE.UU. y Corea del Sur.
La victoria de Catar estuvo rodeada de controversia desde el primer momento, hasta el punto de que la Fifa presentó una denuncia ante la fiscalía suiza por posibles irregularidades en aquella votación, aunque lo hizo cuatro años después de la misma.
Qatar 2022 también ha sido cuestionado por otros motivos, como las condiciones laborales de los trabajadores inmigrantes empleados en la construcción de los estadios, denunciadas por Amnistía Internacional.