Todo lo contrario buscó el Getafe, que, con 36 puntos, llegó a la cita esperanzado en lograr un empate o una victoria que le permitiera certificar la salvación y afrontar con tranquilidad las dos últimas jornadas.
La ilusión por empatar se le acabó al Getafe cuando Miku, a los 73 minutos, anotó el segundo gol.
En el partido, el que más ambición demostró desde el principio fue el conjunto local, aunque el primer aviso lo dio Diego Castro con una volea desde treinta metros que casi sorprende a David Cobeño, que recuperó la titularidad en detrimento de Toño, que estuvo en el banquillo por decisión técnica.
Al Getafe, que dispuso una línea defensiva muy adelantada, le costó encontrar el ritmo del partido y enlazar alguna jugada de ataque con cierto peligro, en parte a que el colombiano Fredy Hinestroza, reconvertido en delantero, apenas entró en juego.
A los veintiocho minutos, Adrián Embarba, que se ha reivindicado en esta segunda vuelta de campeonato con más de una actuación de mérito, puso un centro desde la izquierda para que Manucho, que se adelantó a Velázquez, abriera el marcador.
La ventaja en el casillero permitió al Rayo jugar con más tranquilidad, lo que se reflejó en su juego, que comenzó a ser más fluido y elaborado que en los minutos anteriores, en los que el Getafe, con una fuerte presión en la medular con Juan Rodríguez y Mehdi Lacen, le dificultó la salida del balón.
Nada más comenzar la segunda mitad, a los cuatro minutos, el conjunto visitante pudo lograr la igualada con un disparo lejano de Sergio Escudero que Cobeño solventó con una estirada.
Esa acción dio ánimos al Getafe, que comenzó a creer en la remontada y para ello el técnico Pablo Franco puso sobre el césped a Pablo Sarabia, uno de los futbolistas más imaginativos del conjunto azulón.
La ilusión por empatar se le acabó al Getafe cuando Miku, a los 73 minutos, culminó una jugada colectiva con un disparo cruzado que supuso el segundo gol del Rayo.
Ahí se acabó el partido, puesto que el equipo visitante no supo frenar el vendaval del Rayo y su única prestación ofensiva fueron los lanzamientos lejano, como uno de Pedro León, a los 86 minutos, que se marchó desviado.
El incidente más lamentable del partido llegó casi al final, cuando el mexicano del Rayo Javier Aquino y el defensor del Getafe Roberto Lago se enzarzaron en el área visitante con patadas y puñetazos de por medio y ambos fueron expulsados.
Con la victoria, el Rayo sigue demostrando que en estos derbis madrileños le tiene tomada la medida al Getafe, puesto que en los ocho enfrentamientos disputados entre ambos en Primera, en siete ha ganado y solo uno ha perdido.