Con Luka Modric el Real Madrid recuperó el fútbol que se olvidó de practicar desde la conquista del Mundial de Clubes. Con James Rodríguez ha vuelto la alegría. El colombiano regresó dos meses después a un gran nivel. Veloz, asociándose con todos, lanzando asistencias que muestran su importancia en el equipo. El debate con Isco ya está servido. Los dos no entran en un centro del campo que ya tiene dos fijos: Kroos y Modric.
Aguantó de inicio el Granada antes de bajar los brazos y convertirse en un juguete en manos del Real Madrid. Incluso lanzó algún contragolpe con peligro, con Robert Ibáñez rozando el poste con un disparo cruzado. Afinaban puntería mientras los blancos, con el primer centro medido de James desde el costado que enganchaba Benzema abajo para avisar a Oier de la que le esperaba.Bale, muy activo y en la línea de los últimos partidos con más protagonismo, metía la puntera de su bota para rozar el larguero, Cristiano se probaba con un disparo al lateral de la red y Arbeloa fallaba con todo a favor, por rematar con el exterior de su pie derecho. Las llegadas se sucedían. El gol era cuestión de tiempo.
Llegaba a los 25 minutos con un pase al espacio de Kroos que encontró a Bale tras meter el cuerpo a Mainz y regatear en carrera la salida de Oier para marcar a placer. Desató el hambre de gol de un Real Madrid que ve esta semana con tres partidos de Liga, un gran momento para recortar los cuatro puntos de distancia del Barcelona.
El ‘show’ de Cristiano arrancaba con un pase ‘delicatessen’ de James. Con su exterior del pie vio el desmarque del portugués que chutó a la red. Firmaría en ocho minutos un triplete. Aprovechando un mal despeje de Oier para fusilar y con un latigazo desde la frontal que encontró la colaboración del portero del Granada. En su peor día, sometido al peor examen posible, dejó las manos blandas y la potencia del balón se las dobló.
Sin intensidad el Granada se tiró el resto del partido mirando el reloj. Los minutos no pasaban y los goles no paraban de caer. Sólo el orgullo de algún jugador en acción individual le permitió chutar desde 30 metros al travesaño antes del descanso, con el disparo de El Arabi, o marcar a Robert el tanto del honor, aprovechando el espacio dejado en defensa fruto de la relajación.
Cómodos
La segunda parte fue un entrenamiento para el Real Madrid. Una sola patada, con amonestación para Piti, ante su paseo. Candeias y Rochina probaron a Casillas antes de ver como Benzema se sumaba a la fiesta con un gol repleto de clase. El nueve no podía quedarse sin marcar en una goleada. Mató con el pecho un saque de esquina de James y la enganchó arriba con la derecha.
Cristiano igualó a Di Stéfano firmando un póker de goles por cuarta vez. Bale, en posición dudosa, le regaló el tanto para que marcase a puerta vacía en el sexto del partido. Y Benzema hacía el séptimo antes de dejar media hora de juego a ‘Chicharito’. Arbeloa le puso la asistencia y remató abajo en un disparo que para colmo de males, rebotó en varios defensas.
Con todo sentenciado Ancelotti aprovechó para dar descanso a Kroos y medir los minutos de James. La entrada de Jesé le invitó a probar un sistema 4-2-3-1, con Bale de media punta disfrutando de libertad de movimientos. Se lo pasó bien el galés como un Real Madrid que no levantó el pie del acelerados. Cristiano siempre quiere más y vio como un nuevo disparo se perdía cerca del poste y como Oier le sacaba un mano a mano. Mientras, Bale hacía cantar gol con una falta ajustada y ‘Chicharito’ remataba a las manos del portero.
La fiesta se cerraría con un tanto en propia puerta de Mainz y el broche de un día perfecto de Cristiano. De cabeza firmó el noveno para seguir marcando registros históricos de matador. El mismo equipo titular que marcó ocho en Riazor firmó nueve en su reencuentro. La liga del Granada es otra, pero un vapuleo de esta magnitud deja tocado a Abel y a todos sus jugadores.