Su eliminación ante el Stoke City agudizó una crisis que parece no tener fin. El fin de semana pasado perdió 2-1 ante el West Ham para colocarse en la décimo quinta plaza a solo cinco puntos del descenso, una situación preocupante para el vigente campeón de la Premier League.
Mourinho no quiso arriesgar y jugó con muchos de sus mejores hombres. No faltaron John Terry, Diego Costa, Willian, Eden Hazard, Oscar, Ramires o Gary Cahill, aunque otros como Cesc Fabregas, Nemanja Matic o Asmir Begovic se quedaron fuera hasta de la lista de convocados.
Su eliminación fue una historia de suspense como la que está protagonizando esta temporada. El destino sonrío al portugués con un gol en el descuento del francés Loic Remy (sustituyó al lesionado Diego Costa) , que empató el tanto del irlandés Jonathan Walters que dejaba fuera al Chelsea. Además, justo antes de la prórroga, el Stoke se quedó con diez por la expulsión de Phillip Bardsley.
Con un jugador más, el equipo de Mourinho asedió la portería de sus rivales, que se encomendaron a su portero, Jack Butland, para aguantar hasta los penaltis. El mismo Butland, en el último disparo de la serie, se encargó de eliminar al Chelsea con una parada a Hazard. Mourinho, sigue en el alambre y ahora más que nunca.
La otra gran sorpresa de la noche la dio el Sheffield, que acabó con la ilusión del Arsenal por lograr un título que no consigue alzar desde 1992. De nuevo, y van 22 años consecutivos, el cuadro londinense se quedó por el camino y en esta ocasión se lo cerró un club que ocupa una posición en la zona media de la clasificación de la Segunda División inglesa.
Los hombres de Arsene Wenger prácticamente tiraron el partido en la primera parte, en al filo del descanso marcaron el escocés Ross Wallace y el portugués Lucas Joao. Después, en la reanudación, sentenció Sam Hutchinson, que marcó el tercer y definitivo gol del Sheffield, que sacó los colores a un Arsenal descafeinado sin jugadores como Santi Cazorla, Mesut Özil, Alexis Sánchez y Laurent Koscielny.
El resto de la jornada, eclipsada por las dos ilustres eliminaciones, se completó con la victoria del Everton sobre el Norwich en los penaltis y del Hull, de Segunda División, que acabó con el Norwich también desde los once metros.