La UEFA confirmó la decisión de su Ejecutivo reunido este miércoles en Nyon (Suiza) para adjudicar la organización de las finales de sus competiciones de clubes de 2019 tras evaluar los campos aspirantes, entre ellos Olímpico de Bakú, de Azerbaiyán.
El nuevo estadio rojiblanco, inaugurado el pasado sábado 16 con el encuentro de Liga Atlético de Madrid-Málaga (1-0), fue considerado “adecuado” por la UEFA para convertirse en escenario de una gran final apenas dos años después de su puesta de largo, en la que el francés Antoine Griezmann se convirtió en el autor del primer gol de su historia.
El dossier de la UEFA sobre los estadios aspirantes dio una calificación favorable al recinto (67.829 espectadores) en la mayoría de sus espacios interiores, así como en sus zonas de aparcamiento y reflejó que cumplía las exigencias de accesibilidad, así como las exigidas para la ubicación de personas discapacitadas.
Vestuarios, aseos y salas de primeros auxilios y control de dopaje fueron otros de los aspectos que valoró la UEFA, junto a las zonas VIP del recinto, pese a no disponer de espacio suficiente para las áreas de hospitalidad de los patrocinadores en su interior, según su criterio.
La UEFA, que cuando elaboró el informe no pudo constatar la calidad del césped natural del campo, destacó también que el número previsto de tornos de acceso es suficiente para permitir la entrada de todos los espectadores en una hora y que el recinto cuenta con un certificado de seguridad para una rápida evacuación.
El Wanda Metropolitano, cuya inauguración fue presidida por el rey Felipe VI, ha contado con una inversión de unos 300 millones de euros, 240 en la construcción y 60 en la parcela donde su ubica el estadio, cuyos accesos todavía no están completamente acabados.
Con la grada más cerca del terreno de juego, el campo dispone de cobertura para el 96 por ciento de los asientos, una cubierta de 46.500 metros cuadrados y lámparas de luminoterapia y calefacción para ayudar al crecimiento del césped.