Así como se observa en las imágenes, las decisiones las toma el central con el arma de asalto en los brazos. La peligrosa acción fue tomada con humor por los jugadores, quienes inmediatamente rieron cuando el juez disparó al aire para cobrar una falta.
La vida en este país árabe, Yemen, no es nada fácil, porque viven en una guerra no reconocida contra sus vecinos. La pobreza es a toda escala. Y el futbol, como en muchos otros países, es una válvula de escape ante tantas cosas. Las armas de fuego forman parte del día a día y por eso este árbitro decidió pitar con su fusil en lugar de con un silbato.
Los jóvenes juegan futbol entre la arena y las piedras del desierto. Una estampa como cualquier otra en el tercer mundo, con el fútbol como vía de escape para la juventud de su duro día a día.