Chris Unsworth, de 44 años, canterano del Manchester City y del Crewe Alexandra, ha relatado que fue violado “entre 50 y 100 veces” y que la primera vez que su técnico abusó de él “tenía sólo nueve años”.
“Estaba en casa con mi novia viendo en televisión la confesión de Andy (fue el primer exfutbolista en confesar) y no dije nada. Jugué de joven con él y lo conocía mucho. En cuanto pensé sobre ello me dije que tenía que contarlo y ayudar a la gente. Nunca se lo había contado a nadie”, aseguró Unsworth en la cadena BBC.
“Fui violado entre 50 y 100 veces”, comentó el inglés, que tenía 9 años cuando sufrió el primer abuso y que dejó el futbol con 16 años. “Mis padres han fallecido y me duele no habérselos contado. Aunque no sé si hubiera sido bueno porque, quizá, se hubieran echado la culpa”, añadió.
Tanto Unsworth como Dunford fueron violados por Barry Bennell, un antiguo empleado del Crewe Alexandra con vínculos cercanos al Manchester City.
Bennell, que se ha cambiado el nombre a Richard Jones, tiene 62 años, y cuando tenía 44 fue declarado culpable tras admitir 23 cargos por abusos sexuales con niños de entre 9 y 15 años, con una sentencia de nueve años de prisión.
En 2015 fue condenado a dos años de cárcel por abusar de un niño de 12 años en Macclesfield, aunque en la actualidad se encuentra fuera de prisión.
Escalofriante confesión
“Recuerdo un día que Bennell empezó a tocarme y le dije que no lo hiciera. Después de eso comenzó a atormentarme, diciendo que jugaría cada domingo y luego dejándome en el banquillo sin jugar, fuera del equipo”, recordó Dunford, que comentó que otro entrenador también intentó abusar de él de joven.
“Otros dos chicos y yo nos quedamos a dormir en su casa la noche antes de un partido y todos dormimos en la misma cama. Me empezó a tocar en medio de la noche y le quité la mano. Más tarde, cuando me desperté, el entrenador estaba tocando a otro de los chicos”, añadió.
Andy Woodward fue el primero en reconocer haber sufrido abusos cuando iniciaba su carrera. Cuando tenía 11 años y jugaba en el equipo de su barrio, el entonces entrenador y ojeador, Bennell, le invitó a entrenar con el Manchester City, y de ahí pasó al juvenil del Crewe Alexandra.
“Sólo quería jugar al futbol (…) y vi el Crewe como el inicio de un sueño. Pero también era de naturaleza suave y eran los chicos débiles y suaves los que Bennell buscaba”, reconoció. “Le gustaban los chicos de pelo oscuro. Yo era un niño y creía que me ayudaría al empezar en el futbol”, añadió.
Tras Woodward, fue Walters el que contó una experiencia similar: “Después de leer el artículo de Andy, siento que me quito un gran peso de encima. Yo viví lo mismo que vivió él. Espero ayudar a más gente a hacerlo”, dijo.
“A medida que avanzaba mi carrera, tuve que actuar como si nada hubiera pasado. La primera vez que intentó algo recuerdo que me puse un poco agresivo con él. Era una habitación oscura y yo estaba en la cama de arriba de una litera cuando entró. Le dije que se fuera y después de eso no pasó nada durante los siguientes meses”, comentó Walters, el jugador más joven en debutar en el Crewe, con 16 años y 119 días.
“Cuando la policía vino a verme, nunca dije nada, Vinieron un par de veces pero siempre lo negaba todo, no podría haber seguido jugando al futbol de haberlo admitido”, aseguró.
Aprovechaban inocencia
Después de Woodward y Walters, el antiguo internacional David White, exjugador del City, reconoció que fue abusado por un técnico al que “idolatraba”.
“Por una serie de razones, y durante casi dos décadas, quise guardar ese secreto. Fui abusado por mi entrenador de futbol Barry Bennell entre la década de los 70 y comienzos de los 80, cuando jugaba en el Whitehill FC, un equipo de Mánchester”, subrayó.
El jueves, Paul Stewart aseguró que el número de víctimas de abusos sexuales en el balompié británico puede “superar fácilmente el centenar”.
El exjugador inglés, quien fue acosado durante cuatro años, dijo que el escándalo podría ser similar al de Jimmy Savile, el fallecido presentador de la BBC de quien se descubrió que abusó de más de 200 niños y adultos durante más de medio siglo.
“Creo que será parecido, desde luego. De hecho, lo garantizaría si las víctimas dan un paso al frente y lo reconocen”, aseveró. “No ha sido fácil para mí, pero sentí que era algo necesario para que otra gente pudiera también dar el paso”, relató.