Durante los diez años que estuvo en La Masia, Sánchez tuvo a su cargo en La Masia a jugadores como Sergi Roberto, Marc Muniesa, Gerard Deulofeu o Martín Montoya, y fue testigo en primera línea de la irrupción de Lionel Messi en el primer equipo del Barcelona, allá por 2004.
En 2006 Sánchez decidió cambiar de aires y se enroló en el proyecto de la academia Aspire, encargada de la formación de jugadores de fútbol en Catar. Para entonces Messi ya se había proclamado campeón de dos ligas de España y de una Liga de Campeones a las órdenes del holandés Frank Rijkaard.
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Después de rastrear talentos para el fútbol catarí, Sánchez se hizo cargo en 2012 de la selección sub-19 de Catar e inició un proyecto que continuó en la sub-21 hasta llegar a la selección absoluta en 2017.
El catalán sucedió en el cargo al uruguayo Jorge Fossati y asumió el reto de coger las riendas del equipo nacional a pesar de ser prácticamente un desconocido en un país donde la tradición como en otras selecciones árabes es contratar a renombrados técnicos extranjeros con experiencia.
Por el puesto de Sánchez también habían pasado antes pesos pesados de los banquillos como el brasileño Paulo Autuori o el francés Alain Perrin.
En ese tiempo la figura de Messi ya era universal, con una tribuna plagada de títulos, entre ellos sus cinco balones de oro y cuatro Ligas de Campeones, todas ellas con el Barcelona.
El objetivo de Sánchez era preparar a la selección catarí para la Copa de Asia de este año, un torneo donde lo más lejos que había en su historia el equipo marrón era a los cuartos de final.
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Sin embargo, la historia ya es conocida y al mando de Sánchez el equipo catarí se proclamó campeón de la Copa de Asia en un éxito tan rotundo como histórico, por encima de otras selecciones con tradición mundialista como Japón, a la que derrotó en la final.
Todo ello con el estilo propio de La Masia, el de la posesión, el de proponer e intentar llevar siempre la iniciativa del partido, lo que todavía le da más mérito al éxito conseguido por Catar bajo la dirección de Sánchez.
Ahora en la Copa América, donde Catar llegó para tener roce con grandes selecciones antes de disputar por primera vez en su historia un Mundial, ha demostrado que es un rival muy difícil de batir, al empatar 2-2 con Paraguay y perder solo por 1-0 ante Colombia en los minutos finales.
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Contra Argentina el partido será a flor de piel, pues ambos equipos llegan con un punto a la última jornada de la fase de grupos del torneo. Sin embargo Catar está por delante de la Albiceleste en el Grupo B por tener mejor diferencia de goles.
Aunque Sánchez es consciente de la superioridad en talento de los argentinos, no da la batalla por perdida y prometió este sábado en conferencia de prensar dar batalla y competir, aunque reconoció que en su libreto ni el de nadie existe una fórmula para parar a Messi.
“A Messi lo conoce todo el mundo. Es un jugador determinante. Hay cientos de entrenadores que han planteado partidos pensando en cómo podrían pararlo y no hay una fórmula mágica que te lo garantice”, indicó Sánchez.
El partido, que se avecina agónico para la Albiceleste, enfrentará así a un equipo que busca desarrollar el estilo de La Masia contra el delantero más perfecto que ha podido salir de las filas de esa cantera, que buscará brillar para salvar a su selección de un fiasco monumental si queda eliminado en primera ronda.
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