Aunque no facilitó detalles sobre el proceso, la Fifa sí confirmó entonces que la elección de la sede del Mundial 2026 se realizaría el 10 de mayo de 2017 en Kuala Lumpur.
Igualmente, el propio Joseph Blatter aclaró que, según el estatuto de la Fifa, el único continente que no podrá ser tenido en cuenta es Asia, ya que la Copa del Mundo que le precederá será en la misma región por la concesión de la cita de 2022 a Catar.
El pasado abril el entonces presidente de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Futbol (CONCACAF) y uno de los detenidos el 27 de mayo, Jeffrey Webb, expresó su deseo de que el Mundial 2026 lo organizara una de sus federaciones nacionales.
Fue en el Congreso que la CONCACAF celebró en Bahamas, poco más de un mes antes de los sucesos que han llevado a la situación actual de la Fifa, y después de haber señalado a México, Estados Unidos y Canadá como posibles aspirantes.
Jeffrey Webb, natural de Islas Caimán y con nacionalidad británica, fue uno de los siete dirigentes de la Fifa -era vicepresidente- detenido el 27 de mayo en Zúrich a petición de Estados Unidos bajo cargos de corrupción, por presunto fraude masivo y blanqueo de dinero a través del futbol.
Después de la controvertida elección de Rusia y Catar como organizadores de los Mundiales de 2018 y 2022, hecha por el Comité Ejecutivo de la Fifa en diciembre de 2010, Joseph Blatter propuso al año siguiente que sea el Congreso el que elija las sedes mundialistas en lugar del Ejecutivo de la Fifa.